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FENACO



23 feb 2013

  • 23.2.13
En el mundo del manga y el anime hay muchos estereotipos. En las historias podemos encontrar al héroe valiente que salva a la princesa indefensa; al chico con gran potencial oculto, que vence a la adversidad; o a la muchacha mona objeto de deseo del protagonista. Pero ¿qué tal una vuelta de tuerca a los trillados estereotipos? Historias en las que aparezcan heroínas fuertes e independientes, de las que dependa el destino del mundo. Este es uno de los aspectos que nos ofrece Norihiro Yagi en su obra más destacada: Claymore.

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Norihiro Yagi, nacido en 1968 en la prefectura de Okinawa, Japón, es un mangaka que debutó en 1990 con su obra Undeadman, de un solo tomo, con la que ganó el Premio Akatsuka en su país de origen. Luego de esto realizó su primera serie larga llamada Angel Densetsu, que además tuvo una adaptación mediante dos OVA (Original Video Animation). Pero no fue hasta 2001 cuando tuvo su mayor reconocimiento con su obra Claymore.

Claymore es un manga a caballo entre el género shonen, para chicos jóvenes, y seinen, dirigido para un público adulto, sin llegar a cuadrar plenamente en ninguna de las dos categorías. Además contiene acción, lucha, sangre y elementos de lo que se ha denominado fantasía oscura, inspirados en la época medieval.

Este manga nos cuenta la historia de un mundo ficticio en el que la humanidad convive con unos monstruos llamados Yomas, que se alimentan de los humanos. Y existen unas guerreras creadas por una organización secreta, que son las encargadas de eliminar a estos seres. A estas combatientes se las denominan “claymore” debido a la espada que utilizan. Tienen apariencia humana y lo único que las diferencia son los ojos plateados que poseen.

Claymore sigue la historia de Clare, una de las guerreras de la organización. A edad temprana, un Yoma asesinó a su familia y Teresa, una de las guerreras más fuertes de la organización, la salva y la acoge. Posteriormente, la propia Teresa es condenada a muerte por la organización, tras salvar a un pueblo de unos bandidos. Pero para ello hacen algo prohibido entre los claymores: asesinar humanos.

Priscilla, otra guerrera de la organización, acaba también asesinando a Teresa, convirtiéndose en un monstruo en el proceso. Debido a estos acontecimientos, Clare se une a la organización para vengar a su mentora y matar a Priscilla.

Es una trama interesante, con un trasfondo más profundo que un manga shonen común, sin llegar a la complejidad que destila el género seinen. En este manga se busca la superación y el esfuerzo por parte de la protagonista. Lo curioso es que el objetivo primordial no es vencer al mal para salvar a la humanidad sino que el personaje principal tiene sus propios motivos, quizás, menos éticos como es la venganza.

Pero a lo largo de la historia, la mentalidad y personalidad fría de Clare cambia y consigue entablar relaciones de amistad entre sus compañeras Claymores y su joven amigo Raki. Este manga nos ofrece una gran variedad de personajes, con su propia historia particular que se va desvelando a lo largo de la trama.

Además en Claymore vemos una clara reivindicación del feminismo, ya que apenas hay personajes masculinos que cumplan un papel importante en el manga y son las mujeres las que se unen y enfrentan las situaciones peligrosas. El manga contiene luchas muy vistosas y trabajadas que incluso llegan a durar varios capítulos.

Otro punto interesante es el estilo de dibujo. Poco común en un manga shonen, no llega a ser tan detallista como un seinen, aunque se le acerca en muchas ocasiones. Un trazo a lápiz fino, rostros realistas de ojos pequeños, proporciones correctas y trabajadas. Se acentúa en muchas ocasiones las formas y el cuerpo femenino, pero no con intenciones de excitar al lector, sino con un trasfondo meramente artístico, como si de una estatua griega se tratara.

Actualmente, el manga de Claymore no está terminado y consta de 23 tomos publicados en Japón. También se estaban publicando en España de la mano de la editorial EDT (editores de Tebeos), la antigua Ediciones Glénat, que por problemas de renovación de licencia pasará esta primavera el testigo a Norma Editorial.

Claymore también cuenta con una serie anime de 26 episodios que adapta los 11 primeros volúmenes, inventándose un final alternativo en los dos últimos capítulos, debido a que en aquel entonces el manga no estaba acabado.

En resumen, Norihiro Yagi nos ofrece un manga original, con una trama atrayente que se salta los estereotipos, en el que las mujeres son luchadoras y aportan algo más que cuerpos hermosos. Una alternativa interesante para los aficionados al manga que busquen leer algo diferente.

SARA B. PATRÓN / REDACCIÓN
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