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HLA

FENACO



11 ene 2015

  • 11.1.15
"Como ya hace tiempo que tenía muy claro que me iba a jubilar, todo me va bien porque sé que voy a seguir pintando y que voy a llenar mi tiempo libre con otras actividades". Curro Díaz ha dado recientemente dos pasos muy importantes en su vida: jubilarse después de 33 años como jefe del Servicio de Mantenimiento del Ayuntamiento y dejar la presidencia del Colectivo Artístico Ventana Plástica.

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Curro Díaz (Francisco Díaz García, Dos Hermanas, 1951) cuenta en su casa nazarena del suficiente espacio como para poder trabajar con tranquilidad. En su planta alta dispone de dos rincones en los que pasa una gran parte de su tiempo libre: "En uno, pienso, y en el otro, ejecuto", dice.

En uno de ellos dispone del que se puede considerar como su 'despacho', un espacio en el que destaca su ordenador portátil, siempre con música de fondo puesta, con las paredes que no tienen muebles repletas de cuadros, y en el que guarda, de forma cuidada, todos sus 'papeles' y una parte de su obra. "Aquí es donde pienso lo que voy a hacer y donde guardo mis cosas. Y cuando tengo claro lo que quiero, pues me voy al otro cuatro, que es donde ejecuto". Un cuarto, separado de este primero por no más de cinco pasos, donde un viejo caballete se presenta desafiante ante el creador, y que muestra cierto desorden de lienzos aún en blanco y otros que muestran algunos trazos.

El propio Curro Díaz confiesa que a partir de ahora, de este mes de enero de 2015, y tan sólo unos días después de su jubilación, estos dos espacios serán los que centren gran parte de una nueva vida que inicia ahora y que ya tiene claro que va a llenar de nuevas creaciones artísticas y de nuevas vivencias junto con su gran familia, llena de hijos y nietos y ni se sabe de cuántos amigos.

El 17 de diciembre dijo adiós a 33 años de trabajo en el Ayuntamiento de Dos Hermanas como jefe del Servicio de Mantenimiento y, con muy pocos días de diferencia, renunció, tras 20 años de forma ininterrumpida, a la presidencia del Colectivo Artístico Ventana Plástica, uno de los grandes impulsores de la cultura pictórica en nuestra ciudad. Y en esos primeros días de jubilación habló Curro de su vida y de su obra.

"Yo nací en la calle San Antonio, número 2, un 17 de diciembre de 1951. Mis padres eran Francisco y Encarnación, dependientes del típico ultramarino de toda la vida, al que algunos en el pueblo se referían como el de 'La esquina de Currito Vicario', y otros como el de 'Encarna La Moñina'. Éramos tres hermanos, Pepe, Ana María y yo".

"Mi etapa artística comenzó desde chiquillo copiando con un lápiz y un papel los dibujos de los tebeos. Yo de niño yo jugaba a los toros, al igual que había otros que jugaban al fútbol. Y un día, circunstancialmente, me escapé de mi casa y me fui a torear. Cuando mi padre descubrió que yo no estaba en casa, me buscó y cuando me encontró, porque estaba claro que me iba a encontrar, me castigó un mes sin salir. Entonces, durante esos días me metía en el soberano que tenía la tienda de mis padres, y allí comencé a entretenerme pintando sobre un paño de mi madre. Mi padre me dijo con anterioridad a esto que si quería algún día ir a los toros, que se lo dijera a él, y yo le contesté que lo que yo quería era realmente ver a Curro Romero el 12 de octubre en La Maestranza, a lo que mi padre me respondió que de acuerdo. Yo tenía por entonces unos 12 años".

"Pero poco después le pregunté a mi padre si había sacado ya la entrada para los toros, y como me dijo que no, aproveché y le dije que en vez de eso, lo que yo quería era que me comprara un lienzo, pinceles y acuarelas para pintar. Y mi padre me respondió: 'Eso ya está hecho'. A los dos días ya lo tenía todo, y ahí empecé".

Sus primeros dibujos

"Lo primero que hice fue una copia de una portada de 'El Ruedo'. Y poco a poco la pintura se convirtió en algo más que un hobby. En todo este proceso influyó mucho en mí Pepe Crespo, que por entonces contaba con una exposición permanente justo en la esquina de la Plaza de Abasto, y mis salidas a la calle por esos días eran precisamente para ver esta exposición".

"Un vecino mío, Pepe Salguero, que estaba también empezando a pintar por entonces, influyó en mí para que, al igual que él, me apuntara a un curso de pintura a distancia, algo que hice y que me vino muy bien para empezar mi formación artística. Y poco a poco comencé a presentarme a algunos certámenes infantiles, y a ganar algunos de ellos, y hasta a montar mi primera exposición".

"De ahí di el salto luego a la pintura artística y de decoración, para lo cual me fui a Ibiza, donde aprendí nuevas técnicas sobre pinturas plásticas, que luego continué en Sevilla en 'Ado', que se encontraba en Condes de Bustillo. Y poco después me matriculé en Artes Aplicadas, al tiempo que me fui especializando en la rotulación industrial, hasta que en el año 1976 se creó la cooperativa Codena, de la que yo fui uno de sus fundadores, y que, por cierto, aún existe".

"Y así iba hasta que en el año 1981 aprobé las oposiciones como pintor-rotulista en el Ayuntamiento de Dos Hermanas. Poco después, el entonces delegado de Personal, Pepe Navarro, me propuso encargarme del Servicio de Pintura, y con los años acabé como responsable del Servicio de Mantenimiento. De éstos, los últimos cinco o seis años me he dedicado sobre todo al montaje de todas las exposiciones que se han organizado en el nuevo Centro Cultural de La Almona. Y así he estado hasta el 17 de diciembre de 2014, que me he jubilado".

"Sé que aún no soy consciente del nuevo estado en el que me encuentro. Ni mucho menos. Entre otras cosas porque ha coincidido con las fechas navideñas, en las que no se para de ir un sitio para otro, además de ir por la nave de la calle Arroz para echar una mano en el montaje de una de las carrozas de la Cabalgata de los Reyes Magos. Por eso, cuando me pregunta la gente que cómo estoy tras mi jubilación, pues yo les digo que sigo igual, porque, entre otras cosas, aún no he notado el vacío de no tener que ir al trabajo. Pero lo que tengo clarísimo es que no me voy a quedar sentado en mi casa. Ahora mismo estoy leyendo dos libros a la vez, además de mantener la actividad con mi obra artística. Es más, como yo me conozco, sé lo que me va a ocurrir: que me va a faltar hasta tiempo".

"Por ejemplo, en estos momentos estoy trabajando en una producción propia que quiero llevar a La Almona en diciembre de 2015, y que ya la tengo prácticamente completa. Entonces, como ya hace tiempo que tenía muy claro que me iba a jubilar, todo me va muy bien, porque sé que voy a seguir pintando y que voy a llenar mi tiempo libre con otras actividades y colaboraciones".

El nacimiento de 'Ventana Plástica'


"'Ventana Plástica nace de una idea de Puerto, José Antonio Gamero y José Antonio Fernández. Yo recuerdo que por aquel entonces iba a la Puebla del Río, donde se organizaba una exposición al aire libre, y un día los invité a ellos a que acudieran conmigo. Y cuando lo vieron, propusieron hacer algo igual en Dos Hermanas. En un principio, yo les dije que hacer eso aquí me parecía inviable, pero sí les comenté al menos que si querían llevarlo a cabo, lo primero que debían hacer es constituirse como colectivo. Y así nació oficialmente, en principio sólo con la intención de organizar esta exposición al aire libre".

"Por entonces, la delegada de Cultura era María Antonia Naharro, quien convocó una reunión con todos los pintores a los que se pudiera llegar de Dos Hermanas para organizar una exposición colectiva en la Casa de la Cultura. Nosotros nos constituimos entonces en gestora, en la que ya salí yo como presidente, y comenzamos a hablar de por qué, además de organizar esta Muestra al Aire Libre, no montábamos otras exposiciones del grupo, al que ya se le puso el nombre de 'Ventana Plástica' a propuesta de José Antonio Gamero. Estoy hablando del año 1994. Y en 1996 fue cuando se organizó la primera Muestra al Aire Libre, que resultó todo un éxito. Inesperado, la verdad. Nosotros trabajamos mucho para que fuera un éxito, pero no nos lo esperábamos así".

"Aprovechando que ya llegaba mi jubilación, comuniqué al Colectivo que iba a dejar también la presidencia del mismo, porque, entre otras cosas, quiero probar a ver cómo se está sin responsabilidades, sin compromisos, sin nada, y dedicarme a lo que siempre he hecho, pero con más tiempo. Yo siempre digo que mi etapa como artista ni ha empezado ni ha terminado nunca, porque siempre ha sido la misma. Eso sí, en toda mi formación artística, sobre todo desde el punto de vista conceptual, siempre guardaré un lugar especial para quien ha sido mi maestro, José Romero Varela".

"Mi obra se reparte por distintos lugares, entre ellos la Galería Provincial de Artes Plásticas de Pinar del Río, en Cuba, que sirvió además para anunciar una exposición que el Colectivo realizó en esta ciudad. Pero toda la obra que he vendido, salvo los casos de algunos amigos o conocidos que sé que las tienen en sus casas, no tengo ni idea dónde se puede encontrar. Yo he tenido la suerte de que en las cinco exposiciones individuales que he montado, la producción las vendí casi en su totalidad, teniendo en cuenta que yo no pinto exclusivamente para vender. Eso sí, siempre me ha gustado quedarme con alguna obra de esa exposición o de esa etapa concreta".

"El movimiento artístico en Dos Hermanas de los últimos 20 ó 25 años es muy importante en relación con otras localidades que yo conozco. Recuerdo que hacía tiempo yo envidiaba a Alcalá de Guadaíra enormemente, porque contaba con un movimiento plástico muy importante. Allí estuvo pintando Sorolla, y de allí eran artistas como Romero Rossendi o Manuel Pineda Calderón. De hecho, muchas veces me iba a Alcalá a pintar sus paisajes o monumentos. Pero hoy, en cuanto al número de artistas, Dos Hermanas está muy por encima".

"Y La Almona, sólo puedo decir que me llena de orgullo y satisfacción cuando nos visitan artistas de otros lugares y ven este espacio, porque todos coinciden en que tenemos un centro de exposiciones por encima incluso de Sevilla capital, donde existen salas con mucho nombre, como El Alcázar o Santa Inés, pero no tres salas como las que tenemos aquí. Todo el mundo que llega se queda sorprendidísimo con sus salas, pero, además, con la actividad que tiene, ya que está permanentemente acogiendo exposiciones y numerosas actividades. Allí no se para. Allí no he parado, montando y desmontando exposiciones. Y por allí me daré, desde luego, más de una vuelta".

FRANCISCO GIL CHAPARRO / REDACCIÓN

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