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¡Sí, Señora, extraordinario de verdad!

Hacía muchos años que Dos Hermanas no vivía un día tan grande como el de ayer. Y lo hizo en torno a una Virgen de Valme que es capaz de concitar las ilusiones no sólo de quienes le profesan devoción, sino incluso de quienes no lo hacen pero se empaparon del sentir de un pueblo que la considera su Madre y que lo dio todo para que la ciudad y todos los nazarenos vivieran un día sin duda histórico.



Porque este 23 de junio de 2018 no fue sólo el día en el que se conmemoraba el 45 Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de Valme, sino el de la demostración de cómo un pueblo quiere de verdad a su Protectora y de cómo gusta además de conservar sus señas de identidad. Por eso, la Dos Hermanas del centro, de forma especial, salió a la calle para vivir con plenitud la tarde, la noche y la madrugada, y por eso salieron todos a sus puertas, y colocaron sus sillas, y conversaron sobre la vida, con familiares, vecinos y amigos, y adornaron ricamente sus balcones porque por delante iba a pasar Nuestra Señora de Valme, la que les ha acompañado siempre.

Pero no era lo mismo verla en su capilla o incluso saliendo el tercer domingo de octubre camino del Santuario de Cuarto, porque en esta ocasión se iba a pasear por las calles del centro de la ciudad, y lo iba a hacer además sin prisas, con la paciencia que requerían cada uno de los numerosos vecinos que quisieron cantarle, piropearle, recitarle o simplemente gritarle 'Viva la Virgen de Valme'. Por eso, el paso con la Protectora de Dos Hermanas, que había salido minutos después de las 21:00 horas desde la Parroquia de Santa María Magdalena, no hizo su entrada en este mismo templo hasta las 03:30 horas del día 24.

Y es que parecía como si todos quisieran que el tiempo se detuviera, porque por algunos de los lugares del recorrido se llegó a crear tal ambiente, gracias a las guirnaldas, banderitas, portadas e incluso alfombras efímeras, que daba pena que todo se pudiera acabar pronto y que no se pudiera disfrutar con plenitud de esta atmósfera tan especial. Y en algunos casos el trabajo realizado por todos, desde los propios vecinos, a las Corporaciones nazarenas y, por supuesto, la propia Hermandad de Valme, fue tan espectacular, que se convirtieron durante gran parte del día en lugares que fueron visitando como si de una exposición al aire libre se tratara.

Ahí destacaron poderosamente la propia calle Real, que pareció que introducía a todos en un túnel del tiempo, la calle Alcoba, a la altura de la casa-hermandad del Rocío, la calle Lope de Vega y, especialmente, la Plazoleta de Valme, convertida toda en un recinto que parecía más propio de los que se viven junto a la Ermita de Cuarto, con ruedas, carretas y otros elementos, todos adornados con las tradicionales flores de papel, y rematados por un abanico de guirnaldas que le confirieron un ambiente tremendamente singular.

La salida procesional



Como estaba previsto, a las 21:00 horas -incluso algunos minutos antes-, se abrieron las puertas de Santa María Magdalena para que se iniciara la procesión con la que se culminaban los actos que la Hermandad de Valme dedicó a la Señora de Dos Hermanas con motivo de cumplirse el 45 Aniversario de su Coronación Canónica, y cuya Función Principal presidió el cardenal-arzobispo emérito de Sevilla, fray Carlos Amigo Vallejo.

Tras la cruz parroquial, que abría la comitiva, se dispusieron las representaciones de todas las hermandades, cofradías y asociaciones parroquiales nazarenas, los hermanos de la Hermandad de Valme con sus insignias corporativas, los hermanos mayores de las cofradías nazarenas, los miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, las autoridades municipales, los antiguos hermanos mayores de la Hermandad de Valme y la presidencia, ocupada por el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, y por el hermano mayor de Valme, Hugo Santos Gil. El cortejo lo cerraba el cuerpo de acólitos y monaguillos, y el paso de la Virgen, entero de plata y de estilo neogótico, y cuyas luces transmitió los faroles que les cedió la Hermandad de Santa Ana, patrona de la ciudad. Y tras Ella, la música de la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva, de Salteras. Abriendo la comitiva ya lo hizo la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, y, unos pocos metros por delante del paso, los pequeños y pequeñas de la Escolanía Regina Coeli, que fueron adornando con sus voces todo el recorrido.

Todo transcurrió a partir de ahí tan bien, fue tal el ambiente que se creó, fue tanta la gente que salió a la calle para empaparse de valmismo y de tradición, fueron tantos los 'Vivas', las petaladas, los ramos de flores entregados por particulares y asociaciones, los cánticos y los alborozos, que sin duda se puede afirmar que el 23 de junio de 2018 forma parte ya de la historia grande Dos Hermanas.

Imágenes de la procesión



















































F. G. / REDACCIÓN
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