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Mostrando entradas con la etiqueta Papa Lima [Fran Gallego]. Mostrar todas las entradas
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7 mar 2018

  • 7.3.18
En los últimos tiempos están proliferando las personas que se pasan por presuntos inspectores de gas butano y que, una vez en el interior de nuestras viviendas y tras realizar unos falsos trabajos, nos presentan unas facturas con precios muy elevados que no se corresponden en absoluto con las tarifas legales vigentes a las que, en teoría, debemos hacer frente.



Con la llegada del frío, aumentan considerablemente los timos o fraudes a los consumidores por medio de estos falsos revisores de gas que, bajo la apariencia de personas cualificadas, hacen su agosto estafando a cualquiera que cometa el error de atenderlos y creerlos.

Por regla general, estos grupos de estafadores pertenecen a empresas que verdaderamente están dadas de alta como instaladoras de gas, pero sus beneficios se encuentran a la hora de la facturación, dado que cobran unas precios desorbitados.

Normalmente, suelen actuar en grupo y hacen acto de presencia en grandes ciudades, ya que en las localidades más pequeñas suelen ser detectados con más antelación, de modo que el boca a boca y la acción de las fuerzas policiales dificultan que prosigan con sus falsos trabajos.

Debemos tener en cuenta que estas personas buscan núcleos de viviendas humildes, con un nivel económico medio-bajo, preferiblemente ocupadas por personas muy mayores y, en muchos casos, solas. De esta forma, les es mucho más fácil cometer el engaño.

Actúan sin remordimiento alguno, de modo que los inmigrantes también son otros de sus mayores objetivos, ya que suelen tener miedo a lo que les pueda ocurrir si no permiten la presunta revisión. Esto, unido al desconocimiento de las leyes españolas y al temor a verse implicados en problemas con el Estado, hace que accedan sin problema alguno a lo que se les plantea.

El modus operandi es similar. Una vez personados en la vivienda, se identifican mediante la exhibición de un carné (en la mayoría de los casos, falso también) en el que vienen recogidos sus datos así como a la empresa a la que pertenecen. Y de este modo, se ganan nuestra confianza.

Ya en el interior de nuestra vivienda, comienzan a realizar falsas tareas, tales como cambiar la goma de nuestra bombona, ajustar los calentadores o cualquier otro trabajo innecesario o simulado. Una vez pasados no más de veinte minutos, abandonan la vivienda, no sin antes cobrar en efectivo una cantidad desmesurada que, en muchos casos, supera los 200 euros.

Hay que tener en cuenta que las verdaderas empresas que realizan estos trabajos visitan los domicilios cada cinco años y, además, avisan con bastante antelación, bien por teléfono, vía correo electrónico, por correo postal o mediante un cartel. El instalador autorizado suele vestir con uniforme de empresa y porta un carné identificativo.

Con todo, lo que realmente diferencia a un instalador reglado de otro ilegal es que el primero nunca cobrará nada por los trabajos realizados en el acto, ya que éstos se cargan en la próxima factura. Por ello, si se nos presenta el caso, nunca debemos pagar nada en casa y, en su caso, avisar rápidamente a la Policía para que puedan identificar a este falso instalador o inspector.

FRAN GALLEGO

6 sept 2017

  • 6.9.17
En pocos días comenzamos un nuevo curso escolar, lo que llevará a miles de alumnos de distintas edades a tener que realizar a diario desplazamientos en vehículos para trasladarse hacia sus centros educativos, incrementando, por ende, la posibilidad de sufrir un accidente de circulación al aumentar considerablemente la presencia de vehículos sobre las vías públicas.



Con la llegada de la época escolar se produce un repunte en los desplazamientos de los vehículos a motor en los cascos urbanos. Ante ello, trataremos de dar unos consejos para minimizar, dentro de nuestras posibilidades, dichos desplazamientos en vehículos particulares o, en su defecto, hacerlos aún más seguros.

Sin duda alguna, una de las medidas que se deben adoptar para reducir la presencia de vehículos desplazándose hacia los centros educativos es la de hacer uso del gran abanico de posibilidades que nos ofrecen los distintos tipos de transportes públicos como, por ejemplo, el de los autobuses. Pero para hacer uso de éstos no hay que hacerlo de cualquier forma, sino que se debe tener en cuenta una serie de recomendaciones.

Entre otras, destacamos el camino hacia la parada, de ahí que aconsejemos utilizar los pasos destinados para los peatones y respetando siempre las normas de circulación peatonal, incluso cuando tengamos prisa. Para ello, trataremos de salir con tiempo suficiente de casa.

Para acceder al interior del vehículo hay que situarse en la zona destinada como parada de bus y, en caso de que no existiera, lo haremos desde el acerado alejado del borde que nos separa de la calzada. Las puertas del autobús deben facilitar el acceso y la salida del vehículo, por lo que deberán disponer de barras que ayuden a dicha función.

A la hora de apearnos del vehículo, lo haremos tranquilos y de forma ordenada, evitando empujones con el resto de pasajeros. El piso del vehículo no podrá ser deslizante y los bordes de la escalera deben ser de colores vivos para reconocerse fácilmente.

Los autobuses no podrán exceder de los 16 años de antigüedad al inicio del curso escolar en el que se prestará el servicio. Cada autobús irá debidamente señalizado con el indicativo de Transporte Escolar, tanto en la parte anterior como en la posterior del mismo.

Es fundamental que el autobús disponga de plazas para personas que puedan tener discapacidad. Durante el trayecto –que no debe ser superior a una hora en cada sentido–, permaneceremos sentados y evitaremos las molestias al conductor, respetando en todo caso las instrucciones del personal que nos acompañe.

Los asientos situados frente a los huecos de la escalera, o aquellos que no estén protegidos por el respaldo de otro, deben contar con un elemento fijo de protección. Todos los pasajeros mayores de tres años deberán llevar cinturón de seguridad aunque el trayecto se realice en ámbito urbano. Estos pasajeros, si tienen más de 3 años, pero miden menos de 135 centímetros de altura, deben contar con cinturones adecuados a su peso y talla.

En la documentación que debe portar el conductor del vehículo deberá constar que ha superado una inspección técnica anual siempre y cuando el vehículo tenga menos de cinco años. Si su antigüedad es superior, tendrá que pasar dicha inspección semestralmente.

También se comprobará que dispone de un seguro obligatorio y otro complementario que cubra la responsabilidad civil por posibles daños y perjuicios, y una autorización especial para realizar la actividad de transporte escolar.

Para controlar todo ello y garantizar la seguridad de todos los viajeros así como de terceros usuarios, a través de la Dirección General de Tráfico se vienen realizando campañas específicas como la que tendrá lugar en próximos días, de control sobre el cumplimiento de todo lo anteriormente expuesto. En ellas, agentes de la autoridad verificarán que todo esté en regla, procediendo, en su caso, a denunciar todas aquellas infracciones que sean observadas.

FRAN GALLEGO

12 jul 2017

  • 12.7.17
La llegada del verano lleva aparejada cada año los miles de desplazamientos que se realizan con vehículos por carreteras de todo el territorio nacional, aumentándose considerablemente el riesgo de sufrir algún accidente de circulación. Por ello, debemos extremar aún más si cabe nuestra seguridad para, de este modo, poder disfrutar sin problema alguno de nuestras vacaciones.



Al aumentar la presencia de vehículos circulando por nuestras carreteras, aumentamos con ello las posibilidades de tener un accidente. Por ello, procuraremos a través de unos pequeños consejos reducir esos porcentajes de siniestralidad que nos permitan un desplazamiento más seguro hacia nuestro lugar de destino.

Uno de los aspectos más importantes –junto al de la velocidad– es, sin duda alguna, el de mantener una correcta distancia de seguridad que nos permita detener nuestro vehículo ante cualquier percance que se nos presente.

Como regla general, debemos circular detrás de otro vehículo con una distancia mínima que nos permita detenernos en caso de un frenazo brusco para evitar alcanzar al vehículo que nos precede. No todos los conductores poseemos unas condiciones psicofísicas iguales que nos hagan reaccionar del mismo modo ante una situación de riesgo, por ello, el tiempo de reacción –que es el tiempo que transcurre desde que percibimos un obstáculo hasta que adoptamos alguna medida para evitarlo, como pudiera ser el pisar el pedal de freno– varía dependiendo del estado del conductor en ese momento.

Así mismo, debemos tener en cuenta la distancia de reacción, que es la cantidad de metros que recorre el vehículo durante el tiempo de reacción. A mayor tiempo de reacción, mayor será la distancia recorrida por nosotros. Esta distancia varía, lógicamente, con la velocidad: a mayor velocidad, mayor distancia de reacción.

Cada vez es más frecuente encontrarnos con señales verticales que nos avisan de la distancia de seguridad que debemos mantener, como las del tipo de “galones” o puntas de flechas. En estos casos, debemos dejar al menos dos de ellas de separación con respecto al vehículo que nos precede.

No respetar dicha distancia se puede considerar una infracción al Reglamento General de Circulación, que lleva aparejada una multa de 200 euros, así como la detracción de cuatro puntos del permiso de conducir, si bien, dicha cantidad podrá verse reducida al 50 por ciento si la misma se abona en el plazo de 20 días.

Otro factor que se debe tener en cuenta es la distancia de frenado, es decir, aquella que recorre el vehículo desde que pisamos el pedal del freno hasta que se detiene. Está determinada principalmente por la velocidad a la que circulamos, pero también se ve afectada por:
  1. La masa del vehículo, la carga que se lleve y su colocación.
  2. El estado de los frenos y de los neumáticos.
  3. Las condiciones del asfalto.
  4. Las condiciones atmosféricas.
En resumen, si debemos realizar un desplazamiento en nuestro vehículo, lo ideal es mantener siempre el ritmo de velocidad, evitando los acelerones y los frenazos bruscos, una práctica que nos procurará, además, un significativo ahorro en combustible. A su vez, una buena anticipación y una atención permanente durante la conducción nos garantizará afrontar de forma segura todo imprevisto que se nos presente en el tráfico.

FRAN GALLEGO

24 may 2017

  • 24.5.17
Vivimos en un mundo conectado en el que, en muchas ocasiones, dependemos del smartphone. Y parece que no podemos vivir sin estar conectados al WhatsApp o a las redes sociales, como Facebook, Instagram o Twitter. Esta dependencia también se ha llegado a notar a la hora de conducir y, sin duda, supone un gran riesgo.



Es evidente que el uso creciente de los teléfonos inteligentes tiene un papel fundamental en las distracciones, siendo una de las principales causas de accidentes de tráfico, tal y como refleja el alto porcentaje de conductores que reconoce utilizar al volante este dispositivo "siempre" o de forma "habitual", disparándose esta cifra de forma notoria cuando se trata de un “caso de urgencia”.

Entre el 80 y el 90 por ciento de los accidentes se producen por causas o errores  humanos. Y dentro de este porcentaje mantienen un elevado protagonismo las distracciones, junto a otros factores como pueden ser el consumo de alcohol o el exceso de velocidad.

El uso de la aplicación WhatsApp, al igual que otras similares como Telegram, Line, Facebook, puede distraer al conducir en la medida que, para leer el mensaje o contestarlo, la mirada se retira de la carretera y, aunque sean milésimas de segundo, puede suponer situaciones de mucho peligro, no solo para los pasajeros.

Hablar por el móvil no solo provoca accidentes, sino que también aumenta el tiempo de reacción del conductor en 0,71 segundos. Se altera la distancia de seguridad, se confunden itinerarios y se cometen más infracciones de lo habitual. Se modifica la velocidad, con fuertes cambios y con una tendencia a ir más despacio de lo normal.

Si en condiciones normales no se perciben entre un cinco y un quince por ciento de las señales de tráfico, hablando por el móvil se deja de captar hasta el cincuenta por ciento. Muchas veces conducimos por inercia y no somos conscientes de los peligros de cualquier distracción al volante, algo que se eleva como consecuencia del mal hábito de usar WhatsApp al volante.

Por todo ello, las Administraciones públicas están tomando las medidas oportunas para tratar de evitar que se produzcan accidentes de tráfico en los que el uso del móvil o la tablet sean la causa principal del siniestro.

De este modo, se están realizando anuncios y campañas publicitarias para tratar de llegar a los más jóvenes que, en este caso y según muestran las estadísticas, son los que más uso hacen de las redes sociales. Así mismo, cada vez son más frecuentes las campañas de la Dirección General de Tráfico (DGT), en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, para controlar el uso de este tipo de tecnologías mientras se conduce. Cabe recordar que conducir haciendo uso del teléfono móvil lleva aparejada una sanción de 200 euros de multa y la retirada de tres puntos del carné.

Aunque es cierto que la tecnología se va abriendo un hueco cada vez mayor en la industria del automóvil, en la carretera toda seguridad es poca. Por eso, considero un error que todo el mundo busque ahora estar conectado a Internet a través de la WiFi del propio vehículo, ya que, desde mi punto de vista, va a propiciar que muchas personas estén más pendientes del teléfono que del volante, con el riesgo que ello genera.

FRAN GALLEGO

14 abr 2017

  • 14.4.17
Por todos es sabido el aumento considerable del uso de la bicicleta como medio de transporte, sobre todo en las grandes ciudades, donde se demuestra más económico, ya que nos permite realizar trayectos cortos salvando los problemas de aparcamiento y, sobre todo, evitando contaminar la atmósfera y mejorando nuestra calidad de vida.



Los ciclistas, junto con los peatones y los motoristas, son los usuarios más vulnerables de las calles y carreteras. Por ello, hoy día existe mayor preocupación entre el mundo de los ciclistas, ya que se ha registrado un aumento considerable del número de accidentes en los que se ven implicados, muchos de ellos con heridos graves e, incluso, con víctimas mortales que se dejaron la propia vida en la carretera practicando una de sus aficiones favoritas.

Para ello, en esta ocasión ofreceremos unos consejos sobre cómo comportarse sobre una bicicleta o sobre un vehículo a motor que, en un momento determinado, pueda cruzarse o circular junto a uno  o varios ciclistas.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que los ciclistas están obligados a llevar casco debidamente homologado cuando circulen por vías interurbanas, al igual que sus pasajeros (niños menores de siete años que viajen sentados en una silla igualmente homologada).

Esta norma sí guarda, sin embargo, ciertas excepciones, ya que el ciclista no tendrá que llevar el casco puesto en rampas ascendentes, en condiciones de extremo calor o por decisión de su médico (en cuyo caso, deberá estar debidamente acreditado).

En cuanto a luces, la norma para los ciclistas es la misma que para el resto de conductores: deberán llevar sus bicicletas correctamente iluminadas si circulan por la noche, durante el ocaso y la salida del sol, en vías urbanas e interurbanas insuficientemente iluminadas o por pasos inferiores o túneles. También es obligatorio que el ciclista lleve puesta una prenda reflectante debidamente homologada, y su bicicleta, igualmente, debe estar provista de elementos que reflejen la luz para que puedan ser identificables a una distancia mínima de 150 metros.

Si no existe una vía habilitada expresamente para ellos –un carril bici, por ejemplo– los ciclistas deben ajustarse a las características de la carretera por la que circulan. Si van por vía urbana, deberán hacerlo pegándose lo máximo posible a la derecha de la calzada. La misma premisa se exige en una vía interurbana, con la diferencia de que, en estos casos, es obligatorio circular por el arcén en caso de haberlo.

No está permitido circular utilizando el teléfono móvil o haciendo uso de uno o varios auriculares. El incumplimiento de esta norma conlleva el pago de una multa de 200 euros. Además, al circular, el ciclista está obligado a señalizar todas sus maniobras para así hacerlas constar con suficiente antelación al resto de ocupantes de la vía.

Se puede circular en paralelo siempre y cuando lo hagan de dos en dos y no obstaculicen la marcha normal de otros vehículos o haya tráfico complicado o condiciones de visibilidad reducida. Con todo, hay que tener en cuenta que la presencia de ciclistas es mayor en carreteras secundarias, por lo que hay que extremar las precauciones.

A la hora de adelantar a un ciclista o a un grupo de ellos, la ley exige dejar una separación lateral de al menos 1,50 metros. Además, es importante reducir la velocidad para no desestabilizar al ciclista. Si nos encontramos ante una línea continua, sepa que se puede invadir el carril contrario siempre y cuando no haya riesgo para la circulación; y se puede hacer en parte o por completo, siempre que nos permita mantener una separación lateral mínima de 1,50 metros.

Recuerde que los ciclistas tienen prioridad de paso con respecto a los vehículos a motor. También tienen prioridad cuando el primero de un grupo de ciclistas entra en un cruce o en una rotonda. Es muy recomendable, también, disponer de un timbre en el manillar para avisar de maniobras urgentes a peatones.

FRAN GALLEGO

7 feb 2017

  • 7.2.17
El período del año en el que nos encontramos es propicio para que nos sorprenda la lluvia mientras conducimos y, por ende, se incremente el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. En ese sentido, trataremos de aprender una serie de recomendaciones que nos hagan una conducción más segura con inclemencias meteorológicas adversas.



Por todos es conocido que conducir bajo los efectos de la lluvia entraña un extra de peligrosidad y no solo cuando llueve mucho, sino que el comienzo de las precipitaciones también representa un momento crítico pues la mezcla de agua, polvo y grasa en la calzada convierte el firme en una superficie muy deslizante y peligrosa.

En condiciones de lluvia, aunque sea ligera, es muy recomendable encender el alumbrado. Si la lluvia es intensa, conviene encender también las luces de niebla traseras. A su vez, debemos estar seguros de que tanto el parabrisas como las escobillas estén en perfecto estado de limpieza y de mantenimiento. En caso contrario, la suciedad se aliará con la lluvia para producir un "barro" o pasta que nos perjudicará la visibilidad mucho más de lo normal.

Reduzca la velocidad y aumente la distancia de seguridad. Con ello evitará el denominado “efecto spray”, que es esa lluvia pulverizada y sucia que va a parar al parabrisas. Además, en caso de frenazo brusco, tendrá menos espacio para detener su coche con seguridad. Por ello es recomendable aumentar la distancia con respecto al coche que nos precede al doble de lo que iríamos separados en condiciones normales. La capacidad de frenada de un coche sobre mojado –incluso dotado con ABS– es muy diferente respecto al firme seco.

Hay que prestar atención a los charcos y balsas de agua, ya que pueden provocar el temido “aquaplaning”, que tiene lugar cuando los neumáticos son incapaces de evacuar el agua que hay en la calzada y provoca que el coche se deslice por una fina capa de agua situada entre los neumáticos y la carretera. Si ello termina ocurriendo, debemos evitar los movimientos bruscos con el volante, levantando suavemente el pie del acelerador y manteniendo la calma.

El buen estado de los frenos es un elemento vital, ya que las distancias de frenado aumentan sobre una carretera mojada. Tendrán que estar en buen estado los discos, las pastillas y el nivel del líquido. Por si fuera poco, con la lluvia nos enfrentamos también a una reducción considerable de nuestra visibilidad.

Lo más habitual es que se reduzca el campo de visión y la distancia de nuestro "horizonte", así que debemos adaptarnos a ello desde el primer momento. También reduce nuestra visibilidad el agua extra que nos proyectan otros coches a su paso –sobre todo, vehículos pesados como autobuses o camiones–, por lo que debemos tener especial cuidado con los adelantamientos.

En caso de circular con una motocicleta o un ciclomotor, hay que prestar mucha atención a la pintura blanca de las marcas viales de nuestras vías, ya que aunque ha mejorado su calidad, el agarre es inferior al del pavimento, sobre todo la de los pasos de peatones, pues tienen gran superficie pintada y su adherencia disminuye de manera notable.

Por último, se recomienda conducir siguiendo la huella del vehículo precedente, ya que los neumáticos, a su paso, secan la carretera. Si el conductor sigue al coche que le precede, se asegura conducir por la zona más seca de la calzada.

FRAN GALLEGO

11 ene 2017

  • 11.1.17
Todos sabemos que la conducción bajo los efectos del alcohol es peligrosa. Sin embargo, muy pocos conductores saben a qué riesgo se exponen exactamente cuando conducen de este modo. Por el contrario, son muchos los mitos y las falsas creencias que circulan respecto al alcohol y la conducción, pero conviene recalcar que se trata de tópicos erróneos.



El alcohol es uno de los factores de riesgo que con más frecuencia aparece en los accidentes de tráfico. Son muchas las muertes que se podrían evitar si todos hiciéramos un consumo responsable del alcohol y evitásemos conducir bajo sus efectos. Y es que, cualquier tasa de alcoholemia, por pequeña que sea, puede alterar la capacidad de conducir, incrementando el riesgo de accidente.

No es de extrañar que el que bebe y conduce tenga muchas posibilidades de sufrir o causar accidentes. El alcohol produce alteraciones muy evidentes en el comportamiento y afecta a casi todas las capacidades psicofísicas necesarias para una conducción segura.

La velocidad con la que cada ser humano metaboliza el alcohol depende, parcialmente, de la cantidad de encimas metabolizantes en el hígado, que varía entre las personas. Por lo general, después de la ingestión de una bebida normal, la cantidad de alcohol en la sangre alcanza su punto máximo entre 30 y 45 minutos después de haber bebido.

El alcohol altera profundamente el proceso de toma de decisiones en la conducción y una adecuada toma de decisiones es algo muy importante para garantizar la seguridad en la circulación, ya que la gran mayoría de accidentes se producen por una mala decisión.

A su vez, el índice de alcoholemia es variable según la cantidad ingerida, el grado alcohólico de la bebida, el momento de la ingestión, el sexo, el estado de salud y el peso de la persona. Dicho índice permite medir el contenido de alcohol en la sangre del conductor y se define con un coeficiente expresado en gramos por litro de sangre o miligramos por litro de aire espirado (mg/l).

En la actualidad, la ley española no permite la conducción de vehículos si la tasa de alcoholemia supera los 0,5 gramos por litro en sangre (o 0,25 mg/l de aire espirado); excepto en los casos de conductores con menos de un año de carné o los profesionales, en los que la cifra es de 0,3 g/l de alcohol en sangre, que equivale a 0,15 mg/l en aire. Por encima de estas cifras, se aplican las sanciones correspondientes en el llamado "carné por puntos", que prevé la retirada de cuatro o seis puntos o, incluso, penas de cárcel.

Bajo los efectos del alcohol, se infravaloran las alteraciones que provoca sobre el rendimiento en la conducción; se suele tener una falsa seguridad al volante y se sobrevalora la capacidad para la conducción, lo que llevará a tolerar un mayor nivel de riesgo, disminuyendo así el sentido de la responsabilidad y de la prudencia.

Así mismo, la atención se focaliza en el centro del campo visual, por lo que es más difícil percibir los elementos que hay en los bordes de la vía. De igual modo, es mucho más difícil mantener un nivel de atención adecuado durante un tiempo prolongado, toda vez que produce una descoordinación motora y psicomotora, con movimientos menos precisos y alteraciones del equilibrio.

Los peligros fundamentales del alcohol, además de la embriaguez, son la destrucción del hígado debido a las formas graves de cirrosis –enfermedad típica del bebedor, sobre todo si no ingiere alimentos ricos en proteínas– y la lesión de las células nerviosas intoxicadas por el alcohol, que el hígado no logra transformar.

FRAN GALLEGO

13 dic 2016

  • 13.12.16
Que Internet es una herramienta que nos ha cambiado la vida es algo que jamás nadie nos podrá discutir; pero que, a la vez, es también una herramienta que los delincuentes utilizan para engañar y estafar a otras personas es, del mismo modo, innegable. De este modo, nos proponemos a alertar sobre las principales estafas que circulan por Internet para intentar que usted no caiga en las redes de estos timadores online.



En el mundo en el que vivimos tenemos a nuestra disposición una herramienta que está cambiando la forma de entender la vida y los negocios, Internet, la red de redes, debido a su facilidad de uso y cercanía, hace que aumente el número de operaciones y de transacciones monetarias que se realizan. Pero, lamentablemente, el número de estafas que se comenten a través de este medio también crecen a un ritmo vertiginoso.

Son muchos los engaños que utilizan los estafadores para hacerse con nuestras contraseñas y, de este modo, poder llegar a lo que realmente les interesa: nuestro dinero. El término phishing proviene de la palabra inglesa “fishing” (pesca), haciendo alusión al intento de hacer que los usuarios “muerdan el anzuelo”. A quien lo practica se le llama phishe.

A través del correo electrónico se ha descubierto que se envían felicitaciones navideñas fraudulentas que incluyen virus. De esta forma, con archivos adjuntos, el atacante puede robar datos personales, información financiera o contraseñas de la víctima. Para ello, lo mejor es no abrir las felicitaciones anónimas y desconfiar de los enlaces y descargas de felicitaciones de desconocidos.

Además de esto, es esencial que contemos en nuestro ordenador o en nuestro dispositivo móvil –que, en realidad, es como un pequeño ordenador de bolsillo– con un antivirus con su base de datos correctamente actualizada, además de hacer análisis periódicos en busca de malware o spyware.

Las redes sociales también son la plataforma escogida por los ciberdelincuentes para la creación de perfiles falsos y anuncios que enlazan a webs de estafas. Para evitar que nos roben datos, debemos analizar los complementos y las aplicaciones que se instalan. Es una medida básica que debemos añadir a otros procedimientos, como revisar que proceden de fuentes fiables.

Por otro lado, también debemos controlar la información pública que dejamos ver en nuestros perfiles de las redes sociales y configurar los ajustes de privacidad de una forma segura para no ofrecer a desconocidos datos que no queremos que salgan de nuestro círculo más íntimo.

A través de WhatsApp, en felicitaciones navideñas fraudulentas y otras plataformas, los ciberdelincuentes también se encargan de instalar malwares en nuestros dispositivos móviles para el robo de datos de todo tipo. Evitar este tipo de ataques y los riesgos que conllevan se puede lograr descargando únicamente las aplicaciones desde las tiendas oficiales o bien desde fuentes reconocidas como fiables. Por otro lado, es recomendable evitar el almacenamiento de información personal o financiera en nuestros dispositivos móviles, como el teléfono inteligente o la tableta.

Internet sigue ganando usuarios que deciden hacer sus compras navideñas sin acudir a las tiendas físicas, y se calcula que este año más de la mitad de la población española comprará a través de la red. Este tipo de transacciones, nos recuerdan, están siempre afectadas en cierto modo por la ciberdelincuencia.

Precisamente por esto, es fundamental hacer nuestras compras en empresas online con buenas referencias, además de comprobar los plazos de entrega, los seguros, los periodos de garantías y las políticas de devolución de cualquier comercio en Internet antes de llevar a cabo la compra y llevarnos una desilusión en plena Navidad.

FRAN GALLEGO

18 oct 2016

  • 18.10.16
Coincidiendo con la vuelta al cole conviene recordar la importancia de transmitir a nuestros hijos de que la Seguridad Vial es algo fundamental para tratar de evitar accidentes de circulación o, en caso de que éstos se produzcan, de que las lesiones sean lo menos lesivas posibles. Los accidentes son la primera causa de mortalidad infantil en los países desarrollados: el cinturón no protege a los más pequeños, a quienes no llegan con los pies al suelo.



Muchas veces no pensamos que en los trayectos cortos que realizamos en nuestras ciudades, el riesgo de ser víctima de un accidente de circulación es muy bajo, pero estadísticamente se demuestra lo contrario. Por ello, trataremos de inculcar a nuestros menores y desde un primer momento la necesidad de hacer un uso adecuado del habitáculo de nuestro vehículo, sobre todo cuando nos encontremos circulando.

Uno de los elementos fundamentales en materia de seguridad vial son las sillitas de retención infantil, un elemento que, además, se exige legalmente y que debe estar adaptado a las necesidades de los más pequeños. Representan, sin duda, la mejor protección para los menores, ya que reducen considerablemente el riesgo de lesiones, evitando su impacto contra otros ocupantes o contra elementos del propio vehículo.

Antes de comprar una silla infantil debemos tener claro el uso que le vamos a dar, así como las necesidades de cada niño, según sea su talla, peso o tipo de vehículo en el que va a circular. Sea como fuere, sea cual sea la silla de retención que vayamos a adquirir, es fundamental que esté homologada.

Existen varios tipos de asientos infantiles, en función del peso del bebé o del niño. El peso es, sin duda alguna, más importante que la edad a la hora de elegir una silla, ya que es el peso el que determina la resistencia que debe ofrecer el asiento infantil.

No obstante, la estatura también es importante y los asientos tampoco deben quedarse “cortos” o pequeños. Recordamos que los niños tienen que llevar una sillita en el coche mientras su estatura no sea igual o inferior a 135 centímetros y deben viajar siempre en el asiento de atrás, excepto cuando el vehículo no tenga asientos traseros o todos los asientos traseros estén ya ocupados por sistemas de retención infantil. En este caso, los menores sí podrán viajar delante con una silla homologada. Recordemos que no llevar sistema de retención infantil en España cuando es necesario conlleva la retirada de tres puntos del permiso de conducir y una multa económica de 200 euros.

Antes de instalar una silla infantil en el coche, lea con atención todas las advertencias, instrucciones y recomendaciones de instalación del fabricante, así como los requisitos y observaciones establecidos por el vehículo. Hay que tener en cuenta la ubicación de la silla infantil dentro del coche y, dependiendo del número de ocupantes, considere en qué plaza van a viajar en el vehículo. Por ejemplo, y si es posible, si solo viaja un adulto detrás, es mejor que no se siente en la plaza junto al pequeño, con el fin de evitar riesgo de lesiones por impacto entre los pasajeros.

Viajar en el sentido contrario de la marcha es más seguro porque la fuerza de cualquier impacto se reduce. Por eso, la Dirección General de Tráfico obliga a los niños más vulnerables –hasta el primer año de edad– a viajar en el sentido contrario a la marcha, siempre que la silla lo permita.

En caso de haber registrado un accidente, se recomienda sustituir la sillita, ya que la misma puede haber sufrido algún tipo de daño no detectado a simple vista, en anclaje o arneses, que haga perder su eficacia. Y recuerde que todos los ocupantes del vehículo siempre deben llevar abrochado el cinturón de seguridad.

FRAN GALLEGO

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