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Marcos, en su adiós como futbolista: "De la Rociera me quedo con la piña del vestuario"

Marco Antonio García Ruiz, nacido el 14 de agosto de 1978 en Dos Hermanas, comenzó su carrera futbolística en los escalafones inferiores del Sevilla F.C., llegando a debutar con el primer equipo en la temporada 1999-2000. Posteriormente su vida futbolística transcurrió jugando en equipos de Segunda División B, disputando dos fases de ascenso a Segunda con el Cartagena y la Ponferradina.

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Marcos, como se le conoce futbolísticamente, ha decidido poner fin a su carrera futbolística después de disfrutar, primero, de un importante ascenso a Tercera División, y de jugar toda la temporada en esta categoría, todo un logro, sin duda, para este modesto equipo nazareno. Este futbolista ha colgado ahora las botas, pero lo que tiene claro es que seguirá ligado al mundo del fútbol.

- ¿Por qué la decisión de dejar el fútbol este año?

- En principio, porque las piernas ya no aguantan, ya que a los 37, que voy a hacer ahora, los campos tampoco son adecuados para que un deportista veterano continúe y a partir de los 35 ya es complicado que aguantar. La rodilla tampoco me deja bien y creo que es el momento de cambiar un poco de hábitos.

- En la Peña Deportiva Rociera ha vivido sus últimos años de carrera futbolística, que ha tenido de todo, ascensos y descensos, ¿Con qué se queda, tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo?

- Hombre, los ascensos son siempre el culmen de una buena temporada y el quedar como campeones de Primera Andaluza es algo casi impensable para un club como el nuestro. Ascender es algo muy bonito, pero siendo un club como es me quedo con la amistad, con la familia que es en sí, con el buen vestuario que hay, aparte de que no cobramos y nos dedicamos a esto por gusto, porque no es nada lucrativo. Yo me quedaría con el vestuario que hemos tenido y la piña tan buena que ha hecho el equipo.

- Llegó a debutar en Primera División en un Sevilla F.C.-Rayo Vallecano en la temporada 1999-2000 ¿Qué se siente al poder debutar en Primera?

- Sí, salí en el descanso por Francisco. Y el hecho de poder debutar pues es lo que todo el mundo quiere, eso no se puede explicar. Sí que es verdad que fue un poco raro porque era el último partido, tampoco fue en el Pizjuán, porque estaba cerrado, pero el poder decírselo a mi hijo y que mi padre, mi madre y mi abuelo vieran que había debutado en Primera es un orgullo, y más con la camiseta que he estado diez años defendiendo. Tanto ese partido como al que me convocaron contra el Celta de Vigo en casa, que también fue bastante especial porque fue el primero. Al fin y al cabo son los momentos más especiales de mi carrera.

- Entre 2000 y 2001 tuvo la lesión en la rodilla, ¿no?

- Sí, tuve la lesión y como esto del fútbol también es suerte, y justo cuando mejor estaba y Marcos Alonso, que era el entrenador en ese momento del primer equipo, parecía que iba a tirar de mí, me lesioné y estuve casi dos meses parado. Entonces tuve que volver a empezar otra vez y quizá frenó un poco el momento tan bueno que yo tenía. Es cuestión de suerte, y un momento casi decisivo.

- A parte también ha estado jugando en Segunda División B en varios equipos como el Cartagena, Ponferradina, Alcalá, San Fernando, Extremadura y Utrera. ¿Qué se lleva de estos años?

- El otro día en Twitter comenté que cada equipo siempre te deja una marca. En algunos clubs fueron años complicados y en otros menos por las campañas que se iban haciendo, dependiendo mucho de lo que buscaban los equipos. De todos se guarda algo, siempre haces amigos, siempre hay una afición que es la que te mantiene en el recuerdo y siempre estoy pendiente de los clubs por los que he pasado porque guardas amigos que son del pueblo o de la ciudad y se quedan en el recuerdo. Sí que es verdad que si tuviera que nombrar a algunos serían el Extremadura, el Cartagena y el San Fernando. Todos han sido importantísimos en mi carrera y a todos les tengo un cariño enorme, pero los tres años que pasé en Extremadura son los que mejores recuerdos me traen, quizá porque llegara allí muy jovencito y porque conseguí una gran amistad con la gente de allí.

- Todo esto le habrá hecho ver la vida de otra manera ¿no?

- Claro, normalmente los futbolistas siempre ponen la meta donde mejor creen que pueden encontrarse o donde mejor contrato vaya a tener. En mi caso era especial porque conforme iba cumpliendo años iba para arriba, entonces me iba alejando cada vez más de la gente de mi pueblo y era todo un poco más curioso porque cuanto más subía más los echaba de menos. Es peculiar porque te ibas a Cartagena, que es un sitio con un clima bastante cálido, con pocas lluvias, y de allí me fui a Ponferrada, donde hacía un frío tremendo. Pero eran clubs en los que había que probar, echarse la manta a la cabeza e irnos para allá, y tanto uno como otro eran clubs que estaban al alza y fue allí donde jugué los dos play offs. Es como el trabajador que se va un poco a emigrar, pero nosotros lo tenemos un poco más fácil porque nuestro trabajo nos gusta y tampoco es demasiado sacrificado. Bueno, lo es, pero como nos gusta lo hacemos encantados y encima cobrando. Y vas conociendo gente, vas conociendo grupos de amigos en el vestuario, además de a la afición, a algunos directivos y, al final, es lo que te queda en esto del fútbol. Llevarse amigos de todos lados es lo mejor que puede pasar en el mundo del fútbol.

- Este año recibió una distinción en la Gala del Deporte de Dos Hermanas. ¿Qué se siente al recibir un galardón así en la ciudad donde nació?

- Pues fue una sorpresa, porque me dijeron que les dejara su currículo porque iban a presentarme para la Gala del Deporte. Yo normalmente no estaba muy al tanto de estos premios, los había escuchado y tal pero no estaba muy al corriente. El orgullo es enorme cuando en un pueblo tan grande como es Dos Hermanas te reconozcan una trayectoria por tantos años como la mía, y más sabiendo la cantidad de futbolistas que nacen en Dos Hermanas, que se van y se quedan en el camino. Me siento un privilegiado y me gustaría agradecérselo al Patronato, al Ayuntamiento y a todos los que han hecho posible que recibiera ese premio.

- Tras su retirada, ¿pretende seguir ligado al mundo del fútbol?

- Sin duda. Yo creo que no podría vivir sin eso. En principio quiero empezar a sacarme el carnet de entrenador de nivel 1, que siempre lo había tenido aparcado y la verdad es que no tenía muchas ganas de meterme en jaleos de entrenador durante mi etapa como futbolista, pero fue desde el mismo día en que tomé la determinación de dejarlo cuando me entró ese gusanillo. Seguir ligado al fútbol para un futbolista es casi una obligación, es muy raro el jugador que lo deja y en cierta manera no sigue integrado en el fútbol. Empezaré con el carnet, sigo con algunos equipos de masajista y este año quiero continuar ayudando a la Peña, echándole una mano a Emilio y a Pedro y, de esta manera, seguir ligado y no quedarme tan fuera de lo que es la competición deportiva.

- ¿Qué les diría a los chavales que están empezando en este mundo?

- Lo único que les digo a los más jóvenes que suelen coincidir conmigo en el vestuario es que aprovechen el tren. Sé que no es más que una frase, que se dice siempre en el fútbol, pero en este deporte la tienes que aprovechar al máximo. El mío, por mala suerte o por cualquier otra circunstancia, no lo pude aprovechar y no pude mantenerme en la élite todo el tiempo que hubiera querido. Entonces, cuando veo a algunos chavales que no se lo toman todo lo enserio que deberían, mi consejo es que aprovechen el momento, que exploten al máximo todas sus cualidades y ya la suerte decidirá si triunfan o no, pero que se dejen la piel por lo que les gusta, porque profesiones como el fútbol hay muy pocas. Que se gane el dinero que se gana en la actualidad en la élite hay pocas y, aunque es sacrificado, en cierto modo se vive bastante bien.

- ¿Pero se puede vivir de esto en la actualidad?

- Totalmente. Ahora está más complicado por la situación en la que se encuentra el país y por cómo está todo, pero se puede vivir, lo que pasa es que entran en juego muchísimos factores, como la suerte, tus cualidades, las actitudes... Pero si un futbolista joven tiene todo esto, debería explotarlas porque se puede vivir y, además, muy bien.

CARLOS DÍAZ / REDACCIÓN
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