Con el acto simbólico de entrega de llaves se ha cerrado el protocolo de cesión por parte del Ayuntamiento de Dos Hermanas a la Hermandad de Santa Ana de la Torre del Olivar, que data del siglo XVIII y que formaba parte de la Hacienda de la Mina Chica. A partir de ahora, este espacio, recuperado en su totalidad, albergará las dependencias nobles de la casa hermandad de la Corporación de la Patrona de la ciudad.
En el Ayuntamiento tuvo lugar la parte formal, la que permite, desde este mismo viernes, día 27 de noviembre, que la Torre del Olivar, que cuenta con unos 15 metros cuadrados de planta, sea cedida durante los treinta próximos años a la Hermandad de Santa Ana. Y la rúbrica de este acuerdo ha correspondido al alcalde nazareno, Francisco Toscano, y al hermano mayor de esta Corporación, Agustín García Gandullo.
Y ante la Torre del Olivar, que se destaca sobre un nuevo espacio ganado para la ciudad, se desarrolló la parte simbólica, con la entrega de las llaves que dan acceso a dicho inmueble. Y en este espacio, que fue visitado por una comisión municipal, encabezada por el alcalde, y por otra de la Hermandad, se explicaron algunos detalles que se desconocían de este lugar.
Así, el arquitecto municipal, José María Boza, contó que dicha Torre, que ha tenido distintos usos a lo largo de los años, pudo ser en un primer momento la vivienda del capataz de la Hacienda de la Mina Chica, y que cuando se inició su restauración se descubrió que la misma ha contado con tres etapas en su construcción, hasta alcanzar a principios del siglo XX la imagen como hoy la conocemos.
Pero su base, aquella que acogió sus primeros muros y que no tenían mucha altura, pudo levantarse entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. A ésta se sumó luego la primera planta, que es ya claramente del siglo XVIII, y sería ya a principios del XX, sobre 1910, cuando se completó con la tercera, en los que se emplearon ya elementos de construcción novedosos como el ladrillo.
Una de las grandes curiosidades que se mantienen en torno a esta Torre, que se encuentra situada en la calle Real de Utrera esquina con Santa Ana, y en el entorno de una plaza que recibirá el nombre de 'Plaza del Paraíso', es si en ella pudo vivir, por los años 1870, la escritora Cecilia Bohl de Faber, que firmaba sus obras con el seudónimo de Fernán Caballero.
Según el arquitecto municipal, no es probable que esta escritora viviera en dicha Torre, pero sí está comprobado que lo hizo en una casa, que ya no existe, perteneciente al antiguo dueño de la Hacienda, y que se encontraba muy próxima, seguramente sobre lo que hoy se conoce como El Llano.
En el Ayuntamiento tuvo lugar la parte formal, la que permite, desde este mismo viernes, día 27 de noviembre, que la Torre del Olivar, que cuenta con unos 15 metros cuadrados de planta, sea cedida durante los treinta próximos años a la Hermandad de Santa Ana. Y la rúbrica de este acuerdo ha correspondido al alcalde nazareno, Francisco Toscano, y al hermano mayor de esta Corporación, Agustín García Gandullo.
Y ante la Torre del Olivar, que se destaca sobre un nuevo espacio ganado para la ciudad, se desarrolló la parte simbólica, con la entrega de las llaves que dan acceso a dicho inmueble. Y en este espacio, que fue visitado por una comisión municipal, encabezada por el alcalde, y por otra de la Hermandad, se explicaron algunos detalles que se desconocían de este lugar.
Así, el arquitecto municipal, José María Boza, contó que dicha Torre, que ha tenido distintos usos a lo largo de los años, pudo ser en un primer momento la vivienda del capataz de la Hacienda de la Mina Chica, y que cuando se inició su restauración se descubrió que la misma ha contado con tres etapas en su construcción, hasta alcanzar a principios del siglo XX la imagen como hoy la conocemos.
Pero su base, aquella que acogió sus primeros muros y que no tenían mucha altura, pudo levantarse entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. A ésta se sumó luego la primera planta, que es ya claramente del siglo XVIII, y sería ya a principios del XX, sobre 1910, cuando se completó con la tercera, en los que se emplearon ya elementos de construcción novedosos como el ladrillo.
Una de las grandes curiosidades que se mantienen en torno a esta Torre, que se encuentra situada en la calle Real de Utrera esquina con Santa Ana, y en el entorno de una plaza que recibirá el nombre de 'Plaza del Paraíso', es si en ella pudo vivir, por los años 1870, la escritora Cecilia Bohl de Faber, que firmaba sus obras con el seudónimo de Fernán Caballero.
Según el arquitecto municipal, no es probable que esta escritora viviera en dicha Torre, pero sí está comprobado que lo hizo en una casa, que ya no existe, perteneciente al antiguo dueño de la Hacienda, y que se encontraba muy próxima, seguramente sobre lo que hoy se conoce como El Llano.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN