La Parroquia de Santa María Magdalena pudo acoger en la noche de este viernes, sin duda, uno de los grandes conciertos de música sacra de su historia, con la interpretación del 'Stabat Mater', de Pergolesi, que fue correspondida por un público nazareno que, en pie, tributó un prolongado aplauso dirigido a todos los miembros de la Asociación Coral Nazarena Regina Coeli pero, también de forma especial, a su Escolanía.
El trabajo callado, oculto, durante meses, de la Coral nazarena seguramente encuentra en sus apariciones públicas la recompensa a tanto sacrificio y búsqueda de la perfección. Y la que tuvo lugar en la noche de este viernes, día 12 de febrero, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena seguro que pasará a engrosar un lugar muy especial dentro de su historia.
Porque a la calidad de sus directores, Guillermo Martínez Arana, que lo es de la Agrupación Coral, y Nicolás M. Barbero Rivas, de la Escolanía, se une un grupo de voces que cada vez va asumiendo retos inimaginables cuando de la mano de varios entusiastas de la música clásica, especialmente de Miguel Gil Pachón, la pusieron en marcha en Dos Hermanas allá por 1997.
Siempre con metas a las que superar, en esta ocasión la Coral Nazarena y la Escolanía decidieron aventurarse en el estudio e interpretación de una de las obras más reconocidas de la música sacra europea, el 'Stabat Mater', de Giovanni Battista Pergolesi, que terminó de componer en 1736, pocos días antes de su muerte, con tan sólo 26 años de edad, y que se convirtió pronto en una de las obras más interpretadas.
Y lo hacía con un motivo además muy especial: el décimo aniversario que la Escolanía de esta Asociación, integrada por niños de entre 9 y 18 años, cumplirá en 2017, en un empeño que lleva ya dando sus frutos desde entonces pero que este viernes, en su pueblo y ante sus paisanos, se consiguió doctorar con la máxima nota.
Ante un templo repleto, con un público que para entrar sólo debía retirar una invitación previa entrega de un donativo para Cáritas de Santa María Magdalena, y con el propio párroco de este templo, don Manuel Sánchez de Heredia, en primera fila, la Coral Regina Coeli no se centró sólo en la interpretación de 'Stabat Mater', sino que ofreció un variado programa que se inició con una pieza coral de Bach, 'Komm süsser Tod', interpretada por una selección de integrantes de la Escolanía y de la Coral de adultos, bajo la dirección de Nicolás M. Barbero, y a la que siguieron otras piezas corales de Couperin, Francisco Vals y Handel, esta vez bajo la dirección de Guillermo Martínez Arana.
Y fue a continuación, cuando el público ya se había prendido de la belleza de las voces y de la delicada música que interpretaron miembros del Emsemble Barroco 'Follia di Spagna', cuando dio comienzo la segunda parte, dedicada exclusivamente al 'Stabat Mater', cuyo grueso corrió a cargo de la Escolanía con la excepción de algunos números en los que participaron la soprano Inmaculada Águila Sierra y la contralto Mercedes López Rodríguez.
A partir de ahí, como bien dijeron durante la presentación, el interior del templo nazareno pareció convertirse en una gran nave que llevó a todos sus ocupantes a un viaje en el tiempo, a esos años de principios del siglo XVIII en los que la música sacra vivió en Europa uno de sus grandes momentos de gloria.
Al final, el público, que guardó un impresionante silencio en todo momento, rompió a aplaudir puesto en pie con la fuerza que había estado guardando después de más de una hora de concierto para agradecer y reconocer la calidad artística todos los miembros de esta Coral de Dos Hermanas. Sin duda alguna, todo un éxito.

El trabajo callado, oculto, durante meses, de la Coral nazarena seguramente encuentra en sus apariciones públicas la recompensa a tanto sacrificio y búsqueda de la perfección. Y la que tuvo lugar en la noche de este viernes, día 12 de febrero, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena seguro que pasará a engrosar un lugar muy especial dentro de su historia.

Porque a la calidad de sus directores, Guillermo Martínez Arana, que lo es de la Agrupación Coral, y Nicolás M. Barbero Rivas, de la Escolanía, se une un grupo de voces que cada vez va asumiendo retos inimaginables cuando de la mano de varios entusiastas de la música clásica, especialmente de Miguel Gil Pachón, la pusieron en marcha en Dos Hermanas allá por 1997.
Siempre con metas a las que superar, en esta ocasión la Coral Nazarena y la Escolanía decidieron aventurarse en el estudio e interpretación de una de las obras más reconocidas de la música sacra europea, el 'Stabat Mater', de Giovanni Battista Pergolesi, que terminó de componer en 1736, pocos días antes de su muerte, con tan sólo 26 años de edad, y que se convirtió pronto en una de las obras más interpretadas.
Y lo hacía con un motivo además muy especial: el décimo aniversario que la Escolanía de esta Asociación, integrada por niños de entre 9 y 18 años, cumplirá en 2017, en un empeño que lleva ya dando sus frutos desde entonces pero que este viernes, en su pueblo y ante sus paisanos, se consiguió doctorar con la máxima nota.

Ante un templo repleto, con un público que para entrar sólo debía retirar una invitación previa entrega de un donativo para Cáritas de Santa María Magdalena, y con el propio párroco de este templo, don Manuel Sánchez de Heredia, en primera fila, la Coral Regina Coeli no se centró sólo en la interpretación de 'Stabat Mater', sino que ofreció un variado programa que se inició con una pieza coral de Bach, 'Komm süsser Tod', interpretada por una selección de integrantes de la Escolanía y de la Coral de adultos, bajo la dirección de Nicolás M. Barbero, y a la que siguieron otras piezas corales de Couperin, Francisco Vals y Handel, esta vez bajo la dirección de Guillermo Martínez Arana.

Y fue a continuación, cuando el público ya se había prendido de la belleza de las voces y de la delicada música que interpretaron miembros del Emsemble Barroco 'Follia di Spagna', cuando dio comienzo la segunda parte, dedicada exclusivamente al 'Stabat Mater', cuyo grueso corrió a cargo de la Escolanía con la excepción de algunos números en los que participaron la soprano Inmaculada Águila Sierra y la contralto Mercedes López Rodríguez.
A partir de ahí, como bien dijeron durante la presentación, el interior del templo nazareno pareció convertirse en una gran nave que llevó a todos sus ocupantes a un viaje en el tiempo, a esos años de principios del siglo XVIII en los que la música sacra vivió en Europa uno de sus grandes momentos de gloria.
Al final, el público, que guardó un impresionante silencio en todo momento, rompió a aplaudir puesto en pie con la fuerza que había estado guardando después de más de una hora de concierto para agradecer y reconocer la calidad artística todos los miembros de esta Coral de Dos Hermanas. Sin duda alguna, todo un éxito.
FRANCISCO GIL / REDACCIÓN