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Cinco años de primavera quincemayista

Dos Hermanas Diario Digital se hace eco en su Buzón del Lector del artículo remitido por el concejal de Sí Se Puede Dos Hermanas, Heriberto Rodríguez López, con motivo del quinto aniversario del 15M. Si lo desea, puede escribir a doshermanasdiariodigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia, e incluso acompañarla también de alguna fotografía.

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Decía Emma Goldman que una revolución en la que no pudiera bailar no era su revolución, y quiero enlazar este sentimiento con el papel político de mi generación.

Crecimos pensando en que ser individualista era el referente y que la felicidad había que comprarla para luego tirarla y volverla a comprar. Nos formamos en un escenario presuntamente próspero, dábamos por hecho que ser competitivo en los estudios y dócil en la empresa era suficiente para obtener tu correspondiente futuro. Pese a ello, sí éramos una generación altamente formada y profundamente creativa en la que muchos y muchas teníamos inquietudes sociales. Pero el problema fue que nos dijeron que la política era una profesión, era un una carrera lucrativa cuyo único cauce consistía en dar un cheque en blanco a un representante que tomaría por ti las decisiones más importantes de tu vida y las de tu entorno. Esas eran las reglas del juego, pero esas no se podían votar. No era un terreno fértil, por tanto, para la conciencia social o la participación política.

Con la mal llamada 'crisis' el escenario cambió y quedaron expuestas las profundas carencias democráticas de nuestras instituciones, así como la voracidad sin control de una minoría de oligarcas políticos y financieros que triplicaban su fortuna mientras que los y las de abajo (especialmente ellas) nos sumergíamos dramáticamente en la precariedad y el desempleo. Por eso nadie esperaba que en nuestra primavera generacional, el 15 de mayo de 2011, saliéramos a las calles exigiendo una democracia real, señalásemos a los responsables de la situación y afirmáramos que esas reglas y fichas del juego “no nos representan”. Sin embargo no queríamos tan sólo la tradicional protesta, en la que exigiéramos las demandas más urgentes de nuestra sociedad a nuestros representantes políticos, con la esperanza de que escuchasen, tomaran nota y lo pasaran a comisión para estudiarlo si se consideraba oportuno. No, queríamos un cambio más profundo en nuestros modelos de organización política, social, cultural... Los partidos políticos que hicieran lo que tuvieran que hacer, era lo de menos, porque la ciudadanía ya iba por delante y ya planteaba alternativas.

Las ideas estaban bailando y las generaciones encontrándose. Las asambleas del 15M se dispersaron por todos los puntos y tomaron plazas y calles para iniciar la transformación a una sociedad más horizontal, justa y consciente, basándonos en el apoyo mutuo y la solidaridad. Optamos por la acción directa y nos defendimos con la fuerza más radical de todas: la resistencia pacífica. De forma natural, ya la gente comprendía que los problemas de sus vecinas y vecinos eran también competencia suya. Surgieron mareas y proyectos políticos y sociales renovadores en múltiples disciplinas. Han sido -y son- años de trabajo constante y un profundo compromiso social ecologista, feminista, decrecentista... con la dignidad humana como referente. El 15M, además, ponía trabajo sobre la mesa, es decir, elaboraba y desarrollaba líneas concretas de trabajo en sus propuestas. La realidad social, sin embargo, no dejaba hacer estragos. Los movimientos sociales, en su mayoría, tienden a estar formados por personas desempleadas, precarias o pensionistas, con las dificultades que ello conlleva. Por lo que el cuidado mutuo, la generosidad y la persistencia han tenido que estar siempre muy presentes en nuestro trabajo.

Con la llegada de las nuevas herramientas electorales, con PODEMOS como máximo exponente, somos muchos y muchas los cargos políticos que venimos del 15M y que nos ofrecimos para hacer de brecha en las instituciones (especialmente en las municipales) en este servicio público temporal, mientras en la calle se trabajan las alternativas reales. Tenemos un compromiso claro e inquebrantable con la gente que nos trajo aquí y sabemos que sin movilización ciudadana poco a nada conseguiremos en las instituciones. Queda mucho por hacer, pero creo que Emma Goldman sí bailaría en esta primavera. Y que disfrutaría con la creatividad política y el compromiso social de un pueblo consciente que lleva cinco años afirmando: ¡Sí se puede!


HERIBERTO RODRÍGUEZ LÓPEZ, CONCEJAL DE SÍ SE PUEDE DOS HERMANAS
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