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María José Barrera, una mujer entregada a la pintura, es el mes de mayo del ‘Calendario con raíces nazarenas’

María José Barrera lleva ya años siendo una de las mujeres más populares de Dos Hermanas, especialmente del barrio Montequinto, donde vive, y desde donde entrega todo su tiempo y conocimiento al arte de la pintura. Es además, desde su fundación en 2005, la presidenta de la asociación de artistas plásticos ‘Artequinto’, uno de los movimientos culturales más activos de Dos Hermanas.


María José Barrera Garrido nació en Sevilla hace 55 años. Se licenció en la especialidad de ‘Restauración’ en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, pero, tras una corta experiencia en este campo, decidió ampliar su formación con cursos nacionales e internacionales de técnicas pictóricas, museología, arteterapia, patrimonio o pedagogía, aunque desde que se hizo autónoma se dedica especialmente a la docencia con cursos de formación, y ejerciendo también como gestora cultural, conferenciante o como autora de distintos manuales de pintura.

Como artista, ha participado en más de cien exposiciones nacionales e internacionales, y como enamorada de la acuarela, ha pertenecido a la Asociación de Acuarelistas de Sevilla. María José es, al mismo tiempo, tranquila e inquieta, y, desde que llegara a Montequinto hace ya más de veinte años, una enamorada de este barrio y de su gente. Ella es el mes de mayo del ‘Calendario de mujeres con raíces nazarenas’ que publicó la Delegación de Igualdad y Educación del Ayuntamiento de Dos Hermanas, de ahí que ahora sea la protagonista de esta historia de su vida y de sus inquietudes:


“La persona que me comunicó que se estaba haciendo un calendario dedicado a las mujeres nazarenas fue Fátima Murillo, la delegada del Distrito de Quinto, quien me dijo que querían que yo estuviera en uno de los meses. Y, claro, primero que soy una persona a la que cuando le piden algo, es muy raro que me niegue, pero es que además es muy importante que se resalte el papel de la mujer, porque nosotras, por ejemplo, siempre hemos estado ausentes en la historia en general y en la del arte en particular. Ha habido mujeres muy preparadas, buenas profesionales en muchas facetas que han sido olvidadas y que no han sido ni reconocidas ni estudiadas. Yo, que soy licenciada en Bellas Artes y que investigo, me enteré hace poco, por ejemplo, de que en la pintura abstracta el primero no fue Kandinsky, sino Hilma af Klim. El caso es que ahora estamos empezando a conocer que hay mujeres que hicieron cosas importantes, cuando lo que a nosotras nos enseñaron es que esas mismas cosas las hicieron hombres. Yo no soy de que unos sean más que otros, pero que tampoco de que se oculte el trabajo que ha hecho la mujer. Y si alguna ha destacado ha sido ya porque fueron demasiado buenas, como puede ser el caso, por ejemplo, de Marie Curie”.

“Nada más terminar la carrera, estuve trabajando un tiempo como restauradora de arte en el Taller de la Catedral de Sevilla, un trabajo que, aunque pagaran poco, era muy bonito porque estuvimos trabajando con obras de Zurbarán y de otros autores muy importantes. Pero al poco tiempo me ofrecieron un trabajo en el Colegio Pontífice Pablo VI, que es concertado, y me fui a la enseñanza. Allí daba de todo, desde asignaturas de las mías, como plástica o diseño, a otras como cultura clásica, tecnología o ética. Pero lo dejé también para dedicarme a dar clases particulares. Fue un tiempo este en el que seguí pintando y exponiendo, e incluso trabajando con editoriales, especialmente de Barcelona, para la publicación de libros sobre pintura. Yo tengo publicado un libro con la editorial catalana Parramón que se titula ‘Aire, agua, tierra y fuego’, del que por cierto se hizo una presentación en La Almona, que estuvo acompañada de una exposición en la que participaron unos cuarenta artistas. Fue también por entonces, en el año 2005, cuando se creó la asociación Artequinto”.

“Yo vivía en Montequinto desde que me casé, pero ya antes tenía mi estudio en esta barriada, donde estoy encantada. Desde que estudiaba Bellas Artes, ya venía por Montequinto a dar clases a niños en el entonces Colegio Gustavo Adolfo Bécquer. Incluso estuve un tiempo ejerciendo de guía cultural, enseñando Sevilla pero no como guía turístico, sino sus museos y exposiciones, pero en un momento determinado decidí hacerme autónoma porque me di cuenta de que me daba libertad para hacer un montón de cosas”.

“Artequinto surge en torno a mi estudio, donde nos solíamos reunir personas a las que les gustaba la pintura y el arte en general. Al contrario que ahora, Montequinto tenía muy poca vida cultural por entonces. Por eso nos dijimos que teníamos que movernos, y lo primero que hicimos fue establecernos como asociación. Así empezamos, aunque ya antes llegamos a montar una exposición colectiva, que se hizo en la Hacienda de Quinto. En ese momento éramos unas doce personas, y, bueno, fue a mí a quien le tocó asumir la presidencia, y aquí sigo todavía aunque lleve unos años diciendo que me releve ya otra persona. Con nosotros estaba en esos años Carmen Suero, que tenía una galería de arte, Antonio Dorado, Paqui González de Iris, Rosario Ramos… Éramos pocos, pero muy activos, e hicimos muchas cosas porque estábamos con muchas ganas. Desde entonces, la asociación ha ido muy bien. Es verdad que hubo una época en la que estuvimos algo parados, pero resurgimos otra vez y cada vez hacemos más cosas, además de que ya contamos también con más apoyo institucional”.

“Al principio, la sede de Artequinto era mi propio estudio de pintura, y, aunque no tenemos una sede oficial, ya nos han dicho que pronto podremos contar con ella. Eso sí, en la Biblioteca de Montequinto siempre nos han acogido estupendamente. Ahora mismo la asociación se encuentra integrada por unas cuarenta personas, que, salvo tres, todos son vecinos de esta barriada y de Dos Hermanas. En general, el perfil es el de una persona inquieta por la pintura, pero en la que podemos encontrar desde aficionados a profesionales. Pero la verdad es que lo único que buscamos es que sea una persona a la que le guste el arte y que quiera participar de forma activa en nuestra asociación. Y lo que le ofrecemos desde la asociación, además de participar en nuestras actividades, es ayudarles a asistir a cursos, que suelen ser caros, como el que hicimos con un pintor que se llama Rubén Belloso, que es uno de los mejores pastelistas a nivel internacional. En esos casos, la asociación sufraga un porcentaje del coste total del curso”.

“De todo lo que hemos hecho en la asociación, de lo que nos sentimos más orgullosos es, precisamente, de los cursos que hacemos con artistas que son muy difíciles de traer. Por ejemplo, hace poco conseguimos traer a una acuarelista japonesa que se llama Keiko Tanabe, y que reside en California. La suerte que tenemos con esta artista es que es amiga mía, y cuando viene a Europa, siempre me avisa. Fue lo que pasó en la última ocasión, que tenía que ir a Italia y me llamó. Entonces, se pasó por Sevilla e hizo su curso. En estos casos, nos sentimos muy orgullosos de poder organizarlos, porque son cursos de niveles muy altos. Luego hay otros compañeros que se sienten también muy orgullosos de las exposiciones que se organizan, como, por ejemplo, una de carácter internacional de acuarela que se hizo en el año 2012 en La Almona y en la que participaron pintores de todo el mundo”.

“En estos momentos, estoy notando que la gente tiene mucho interés en aprender, entre otras cosas porque nunca tuvieron la oportunidad para hacerlo. Y es quizás eso, la formación, lo que me gustaría que estuviera más reglada. Por ejemplo, mi hija ha querido estudiar Bachillerato de Arte y se ha tenido que ir a Sevilla, como otros muchos jóvenes”.

“La acuarela siempre ha sido una técnica considerada menor a lo largo de la historia, sobre todo en relación con el óleo y el acrílico, pero, sin embargo, en el mundo de la acuarela hay mucho compañerismo, que fue lo que a mí me atrajo. Por supuesto, a la acuarela no la considero un arte menor. Yo he estado en la Asociación de Acuarelistas de Andalucía y en otras de carácter internacional. Y con la acuarela he participado en grandes exposiciones, como la que se hizo en la Biblioteca de Montequinto en 2015, titulada ‘Otoño’, que para mí fue muy especial. En España he expuesto además en Barcelona, Madrid o Toledo, además de en todas las provincias andaluzas. Y, fuera, en países como Portugal, Italia, Uruguay, México o Canadá”.

FRANCISCO GIL / ANDALUCÍA DIGITAL
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