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La Amargura se quedó en el corazón de su barrio

La Amargura no pudo procesionar este Viernes Santo, no pudo salir sobre el paso en el que sostiene a Jesús Descendido de la Cruz a la búsqueda de cuantos le profesan fe o, simplemente, les traen incontables recuerdos; pero la verdad es que no hizo falta, porque, pese a la lluvia, fue todo su barrio el que acudió a su encuentro.


Otra lágrima más se derramó este Viernes Santo, y ya van cinco en esta Semana Santa nazarena, tal vez una de las más crueles que se recuerden en cuanto el número de cofradías que se quedaron sin poder realizar su estación de penitencia. Pero cuando hay fe, la lágrima se acaba convirtiendo en clavel rojo, como ése con el que los nazarenos y nazarenas que acudieron en la tarde de ayer a la capilla de La Amargura pudieron recibir de la Hermandad.

Y es que su barrio, o más bien sus barrios, ya que la Amargura concita la fe de los vecinos englobados en torno a la Costa del Sol, Ibarburu, El Chaparral o Cerro Blanco, además de otros tantos que casi se pueden extender al resto de la ciudad, se volcó con su hermandad y con sus imágenes nada más conocer que, por motivos meteorológicos, no iba a poder realizar su estación de penitencia.


De ahí las largas colas que se pudieron observar una vez que las puertas de la Capilla situada en la Plaza Virgen de La Amargura se abrieron de par en par para que se pudiera contemplar sobre su paso las imágenes de la Virgen y de su hijo descendido de la Cruz, algo que corroboraba a este Diario Digital la propia hermana mayor de esta corporación, Isabel Rojas: “Una vez que se han abierto las puertas, la respuesta del barrio y del pueblo de Dos Hermanas ha sido impresionante. Amargura es barrio, y el barrio se ha volcado con colas en la plazoleta para ver a sus imágenes, algo que también te da alegría porque, aunque ya no salga, al final nunca están solas, y eso es cierto que es de agradecer a todos”.

Pero fue precisamente esta hermana mayor, junto con su Junta de Gobierno y su Junta Consultiva, la que debió tomar la dolorosa decisión de suspender la salida, y de hacerlo, como está cundiendo ya el ejemplo en Dos Hermanas, con la suficiente antelación como para que sus nazarenos y nazarenas, costaleros y músicos, lo pudieran conocer y evitar el mal trago de vestirse y acudir hasta su casa hermandad para nada.


“La decisión se tomó a mediodía”, dijo Isabel Rojas, “una vez que empezamos a recibir los partes meteorológicos. Nos reunimos, se expusieron esos partes sobre la mesa, que procedían de distintas fuentes, y la decisión la verdad es que fue unánime, algo que tengo que agradecer. Es algo que me hace sentirme muy orgullosa por esa unidad de la Junta de Gobierno y de la Junta Consultiva, que en este caso ha estado también con nosotros, porque todos hemos ido a una, y es de agradecer porque no es fácil tomar esta decisión. Por tanto, creemos que esta medida ha sido la más acertada y la más correcta”.

Como celebración sustitutoria de la estación de penitencia, la Hermandad celebró en la intimidad de su capilla el piadoso Ejercicio de las Cinco Llagas y una oración por sus hermanos difuntos. “Los momentos que los hermanos y hermanas hemos rezado en la intimidad ante nuestros titulares han sido muy emotivos, porque hemos tenido una respuesta bastante amplia. Ha sido muy íntimo, muy recogido y muy emocionante, con ese silencio sepulcral en la capilla y con todos participando de ese instante”, reconoció Isabel Rojas.


Una emoción que tal vez para esta hermana mayor, y para los miembros de su Junta de Gobierno, fuera aún mayor, ya que, tras tomar posesión el pasado mes de diciembre, la de este Viernes Santo iba a ser la primera en la que saliera asumiendo esta responsabilidad. Pero, como se suele decir, al mal tiempo, buena cara, y hasta cierto humor: “Y es que en Amargura, ya se sabe que sin una nube no es Viernes Santo, y sin unas gotas de agua o previsión de lluvias, tampoco”, comentó.

“Desde la Hermandad la mayoría de las veces hemos tenido ese hándicap con la lluvia. Es verdad que ese pellizquito de ser mi primer año y no salir estará ahí, pero es que contra el clima no podemos hacer nada. Y esa pena se tiene, por tanto, pero el hecho de no salir se ha debido a algo que no podemos controlar nadie”, concluyó la hermana mayor.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
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