Huelva, la ciudad industrial y portuaria, desplazada de los mapas de turistas y viajeros por los enclaves de su Costa de la Luz como Mazagón, Punta Umbría, Isla Cristina, Islantilla, Isla Canela o Punta del Moral, está embarcada en un acelerado proceso de transformación urbanística y transición ecológica para convertirse en un atractivo destino turístico y gastronómico.
La alcaldesa de Hueva, Pilar Miranda, conversa con periodistas en el mercado del Carmen.
Como otras muchas ciudades medias la capital onubense brinda al visitante tranquilidad, un amplio centro peatonalizado y unos recorridos desahogados y sin los agobios de las ciudades que ya sufren la saturación de sus centros históricos.
La fachada marítima de Huelva con su paseo al borde de la ría, el barrio inglés, los cabezos y las recientes excavaciones en yacimientos tartésicos, romanos y almohades y su patrimonio religioso y museístico son sus principales recursos turísticos.
Desde su ayuntamiento se ha realizado un notable esfuerzo para dar a conocer y comunicar que ya no es solo la capital del polo químico. Que ahora tiene como meta la capitalidad verde, la sostenibilidad de la economía circular y la reconversión a la fabricación de hidrógeno de parte de su capacidad industrial. El nuevo relato de su marca como ciudad puede verse en https://huelvaoriginal.com/
Andalucía Digital ha sido uno de los medios invitados a una jornada de familiarización con Huelva como destino gastronómico y turístico con un formato que podría replicarse en ciudades como Cabra, Puente Genil, Montilla y otras localidades andaluzas poco explotadas turísticamente. La estancia fue toda una experiencia práctica e inmersiva en la repostería de la mano de Alberto Piquer en su obrador La Grosera que no es la típica pastelería, en el mercado del Carmen y en la cocina tradicional con la guía de Fran Rabazo, chef del espacio gastronómico Escondite, abierto en noviembre de 2024.
Como afirma Kurt Grötsch, director hasta su jubilación del Museo del Baile Flamenco de Sevilla, en su libro Ingeniería de la Experiencia las vivencias experimentales permanecen durante mucho más tiempo en nuestro imaginario y en nuestro mapa emocional. Cuando se meten las manos en la masa de unas perrunas o un hornazo dulce o se participa en la elaboración de platos como los tollos con tomate, las albóndigas de chocos y langostinos o el cocido de garbanzos de Escacena, nos hemos convertido en cocreadores de un patrimonio cultural que se renueva cada día en los fogones de nuestros hogares y restaurantes.
En estos tiempos de precocinados, ultraprocesados y cocinas fantasmas reivindicar la identidad del producto de proximidad, la trazabilidad de cada uno de los ingredientes de un plato, es comprometerse con la defensa de lo nuestro, de la tierra que pisamos y comprender que su cuidado es una tarea colectiva en la que cada uno es imprescindible.
Taller de cocina onubense en el espacio gastronómico Escondite
Ahora que las plazas de abastos se transforman en mercados gastronómicos donde los bares arrinconan a los puestos de toda la vida, el mercado onubense del Carmen constituye un buen ejemplo de equilibrio y armonía entre la tradición y la presión de la hostelería abierta al turismo.
A la hora de comprar, cocinar y degustar la responsabilidad social y ecológica nos obliga a fijarnos en la información del etiquetado y a valorar que nos ofrezcan el orígen de su producción y detalles de los compromisos sociales y ambientales de cada marca. Estaremos así contribuyendo a la construcción de una soberanía alimentaria respetuosa con el medio ambiente y la salud de los consumidores.
Como otras muchas ciudades medias la capital onubense brinda al visitante tranquilidad, un amplio centro peatonalizado y unos recorridos desahogados y sin los agobios de las ciudades que ya sufren la saturación de sus centros históricos.
La fachada marítima de Huelva con su paseo al borde de la ría, el barrio inglés, los cabezos y las recientes excavaciones en yacimientos tartésicos, romanos y almohades y su patrimonio religioso y museístico son sus principales recursos turísticos.
Desde su ayuntamiento se ha realizado un notable esfuerzo para dar a conocer y comunicar que ya no es solo la capital del polo químico. Que ahora tiene como meta la capitalidad verde, la sostenibilidad de la economía circular y la reconversión a la fabricación de hidrógeno de parte de su capacidad industrial. El nuevo relato de su marca como ciudad puede verse en https://huelvaoriginal.com/

Andalucía Digital ha sido uno de los medios invitados a una jornada de familiarización con Huelva como destino gastronómico y turístico con un formato que podría replicarse en ciudades como Cabra, Puente Genil, Montilla y otras localidades andaluzas poco explotadas turísticamente. La estancia fue toda una experiencia práctica e inmersiva en la repostería de la mano de Alberto Piquer en su obrador La Grosera que no es la típica pastelería, en el mercado del Carmen y en la cocina tradicional con la guía de Fran Rabazo, chef del espacio gastronómico Escondite, abierto en noviembre de 2024.
Como afirma Kurt Grötsch, director hasta su jubilación del Museo del Baile Flamenco de Sevilla, en su libro Ingeniería de la Experiencia las vivencias experimentales permanecen durante mucho más tiempo en nuestro imaginario y en nuestro mapa emocional. Cuando se meten las manos en la masa de unas perrunas o un hornazo dulce o se participa en la elaboración de platos como los tollos con tomate, las albóndigas de chocos y langostinos o el cocido de garbanzos de Escacena, nos hemos convertido en cocreadores de un patrimonio cultural que se renueva cada día en los fogones de nuestros hogares y restaurantes.
En estos tiempos de precocinados, ultraprocesados y cocinas fantasmas reivindicar la identidad del producto de proximidad, la trazabilidad de cada uno de los ingredientes de un plato, es comprometerse con la defensa de lo nuestro, de la tierra que pisamos y comprender que su cuidado es una tarea colectiva en la que cada uno es imprescindible.
Ahora que las plazas de abastos se transforman en mercados gastronómicos donde los bares arrinconan a los puestos de toda la vida, el mercado onubense del Carmen constituye un buen ejemplo de equilibrio y armonía entre la tradición y la presión de la hostelería abierta al turismo.
A la hora de comprar, cocinar y degustar la responsabilidad social y ecológica nos obliga a fijarnos en la información del etiquetado y a valorar que nos ofrezcan el orígen de su producción y detalles de los compromisos sociales y ambientales de cada marca. Estaremos así contribuyendo a la construcción de una soberanía alimentaria respetuosa con el medio ambiente y la salud de los consumidores.
ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN
FOTOGRAFÍA: ÁNGEL FERNÁNDEZ MILLÁN

