Dos Hermanas Diario Digital se hace eco en su Buzón del Lector del artículo remitido por Roberto del Tío, secretario general de Podemos Dos Hermanas, en el que analiza el presunto chantaje cometido sobre el ex candidato a la Alcaldía por Ciudadanos, Manuel Varela, y el silencio que dicho partido guarda sobre este caso.
El chantaje denunciado por Manuel Varela, candidato a la alcaldía por Ciudadanos en las pasadas elecciones municipales en Dos Hermanas, no tiene referentes más que en la literatura y el cine. Un candidato se presenta a las elecciones, recibe llamadas de atención de algún dirigente de otro partido y se cita con un director de un periódico que le enseña un vídeo en el que él mismo está consumiendo droga, en el despacho de otro dirigente de otro partido. El objetivo: que no se presente a las elecciones. Este candidato renuncia el mismo día en el que se celebran las elecciones y la noticia salta a los medios de comunicación. Finalmente, este candidato hace efectiva su dimisión varios días después, con el pleno del ayuntamiento ya configurado, anunciando una denuncia en el juzgado de estos hechos. Se piden explicaciones, con ningún resultado.
Ocho meses después, el juez levanta el secreto de sumario, se conocen más hechos (un gorrilla compra, por encargo de un empleado del ayuntamiento, una tarjeta prepago para un teléfono con el que se realizaron llamadas al mencionado director de un periódico local). PODEMOS pide explicaciones, secundado por el grupo municipal Sí Se Puede DH, y dimisiones para evitar que toda esta suciedad manche la institución municipal de todas las vecinas y vecinos. Se vuelven a airear las noticias. En breve pasarán por el juzgado el exdirigente y exportavoz municipal del PP al que se le imputa un delito de chantaje, la actual portavoz del PP también lo ha hecho como testigo, después de declarar que otro compañero de pleno, con cargo que trasciende la escala municipal, conocía los hechos. El propio alcalde, el más antiguo del PSOE, ha sido llamado como testigo.
De forma penosa, se ha convertido en práctica habitual entre los dos grandes partidos españoles el traslado de las responsabilidades políticas a las que se desprendan de los juzgados. Es una práctica y una costumbre que rebaja enormemente la intensidad de nuestra democracia. Un juez podrá sentenciar que alguna persona o alguna institución ha cometido algún delito, o que no lo ha hecho, dependiendo de muchas circunstancias. Pero en su calidad de representantes, estos políticos, al verse mezclados en asuntos como este, arrastran hacia la institución en la que desarrollan su actividad un ambiente pegajoso y maloliente que nada tiene que ver con sus representados. ¿De verdad piensan que la gente los ha votado para eso? Aunque un juez estimara que no han cometido ningún delito, políticamente ya no representan a quienes los votaron. Por eso debiera ser ineludible que el PP y el PSOE de Dos Hermanas dieran las explicaciones que merecen las vecinas y vecinos nazarenos, y que, haciendo virtud del respeto a la institución y a la actividad política en sí misma, anunciaran varias dimisiones.
Pero no. Lo que encontramos es un estruendoso silencio que solo pretende normalizar la situación. Como si ponerle una zancadilla a la democracia, hasta que se pueda poner en duda que la composición del pleno municipal es la que debiera ser, fuera de lo más corriente.
Hay un elemento más que llama la atención en todo este asunto: el silencio de Ciudadanos, del partido de Manuel Varela. En vez de estar removiendo todos los resortes comunicativos, este partido calla. En vez de estar liderando la petición de explicaciones y responsabilidades, el partido Ciudadanos guarda silencio. Si alguien ha pensado que lo hacen para que todo este lío no trascienda a escala andaluza o nacional ha pensado lo mismo que yo. Si alguna vez se confirmara este extremo se confirmaría que Varela ha sido sometido a otro chantaje, esta vez el de su propio partido. Si alguien ha pensado que el asunto es tan grave que, de extenderse por los medios de masas nacionales, podría afectar al pacto entre Ciudadanos y el PSOE tanto a nivel andaluz como a nivel nacional ha pensado lo mismo que yo. Llegados a este punto se plantean ya cuestiones que trascienden el plano político y alcanzan el plano ético y moral: ¿No hay otra manera de salvaguardar esos pactos que mirando hacia otro lado en un episodio tan reñido con la democracia como este? Y mientras, el PP no abre la boca ni para hacer un desmentido.
De esta forma, la Gran Coalición ya funciona en Dos Hermanas, donde su primera medida parece haber sido la aplicación de una especie de ley del silencio, esa llamada Omertá en los novelescos y cinematográficos ambientes mafiosos. Un silencio que está dejando en la historia de Dos Hermanas una página de vergüenza y de roña que no nos merecemos.
El chantaje denunciado por Manuel Varela, candidato a la alcaldía por Ciudadanos en las pasadas elecciones municipales en Dos Hermanas, no tiene referentes más que en la literatura y el cine. Un candidato se presenta a las elecciones, recibe llamadas de atención de algún dirigente de otro partido y se cita con un director de un periódico que le enseña un vídeo en el que él mismo está consumiendo droga, en el despacho de otro dirigente de otro partido. El objetivo: que no se presente a las elecciones. Este candidato renuncia el mismo día en el que se celebran las elecciones y la noticia salta a los medios de comunicación. Finalmente, este candidato hace efectiva su dimisión varios días después, con el pleno del ayuntamiento ya configurado, anunciando una denuncia en el juzgado de estos hechos. Se piden explicaciones, con ningún resultado.
Ocho meses después, el juez levanta el secreto de sumario, se conocen más hechos (un gorrilla compra, por encargo de un empleado del ayuntamiento, una tarjeta prepago para un teléfono con el que se realizaron llamadas al mencionado director de un periódico local). PODEMOS pide explicaciones, secundado por el grupo municipal Sí Se Puede DH, y dimisiones para evitar que toda esta suciedad manche la institución municipal de todas las vecinas y vecinos. Se vuelven a airear las noticias. En breve pasarán por el juzgado el exdirigente y exportavoz municipal del PP al que se le imputa un delito de chantaje, la actual portavoz del PP también lo ha hecho como testigo, después de declarar que otro compañero de pleno, con cargo que trasciende la escala municipal, conocía los hechos. El propio alcalde, el más antiguo del PSOE, ha sido llamado como testigo.
De forma penosa, se ha convertido en práctica habitual entre los dos grandes partidos españoles el traslado de las responsabilidades políticas a las que se desprendan de los juzgados. Es una práctica y una costumbre que rebaja enormemente la intensidad de nuestra democracia. Un juez podrá sentenciar que alguna persona o alguna institución ha cometido algún delito, o que no lo ha hecho, dependiendo de muchas circunstancias. Pero en su calidad de representantes, estos políticos, al verse mezclados en asuntos como este, arrastran hacia la institución en la que desarrollan su actividad un ambiente pegajoso y maloliente que nada tiene que ver con sus representados. ¿De verdad piensan que la gente los ha votado para eso? Aunque un juez estimara que no han cometido ningún delito, políticamente ya no representan a quienes los votaron. Por eso debiera ser ineludible que el PP y el PSOE de Dos Hermanas dieran las explicaciones que merecen las vecinas y vecinos nazarenos, y que, haciendo virtud del respeto a la institución y a la actividad política en sí misma, anunciaran varias dimisiones.
Pero no. Lo que encontramos es un estruendoso silencio que solo pretende normalizar la situación. Como si ponerle una zancadilla a la democracia, hasta que se pueda poner en duda que la composición del pleno municipal es la que debiera ser, fuera de lo más corriente.
Hay un elemento más que llama la atención en todo este asunto: el silencio de Ciudadanos, del partido de Manuel Varela. En vez de estar removiendo todos los resortes comunicativos, este partido calla. En vez de estar liderando la petición de explicaciones y responsabilidades, el partido Ciudadanos guarda silencio. Si alguien ha pensado que lo hacen para que todo este lío no trascienda a escala andaluza o nacional ha pensado lo mismo que yo. Si alguna vez se confirmara este extremo se confirmaría que Varela ha sido sometido a otro chantaje, esta vez el de su propio partido. Si alguien ha pensado que el asunto es tan grave que, de extenderse por los medios de masas nacionales, podría afectar al pacto entre Ciudadanos y el PSOE tanto a nivel andaluz como a nivel nacional ha pensado lo mismo que yo. Llegados a este punto se plantean ya cuestiones que trascienden el plano político y alcanzan el plano ético y moral: ¿No hay otra manera de salvaguardar esos pactos que mirando hacia otro lado en un episodio tan reñido con la democracia como este? Y mientras, el PP no abre la boca ni para hacer un desmentido.
De esta forma, la Gran Coalición ya funciona en Dos Hermanas, donde su primera medida parece haber sido la aplicación de una especie de ley del silencio, esa llamada Omertá en los novelescos y cinematográficos ambientes mafiosos. Un silencio que está dejando en la historia de Dos Hermanas una página de vergüenza y de roña que no nos merecemos.
ROBERTO DEL TÍO MORENO, SECRETARIO GENERAL DE PODEMOS DOS HERMANAS
