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Rafael Soto | 53 de abril

Hoy es jueves 54 de abril. Desconozco el santoral correspondiente. Todo es tan aleatorio en los tiempos que corren... Y, sin embargo, mis miedos se reducen a que mañana, en la tierra de la piel de toro, sea 53 de abril.


Mi Betis ha ganado la Copa del Rey –una alegría, al fin–. Andalucía adelanta elecciones entre Guatemala, Guatepeor y unos andalucistas con demasiado norte en la cabeza. Los corruptos vuelven a ser presuntos y, en el mundo, la gente sigue matándose entre sí.

Dicen que la luz va a bajar, aunque por un año. Que no nos emocionemos. ¿Transición energética? Salvo lo del Betis, nada nuevo. Vuelva usted mañana.

No salimos del Régimen del 78, ni muchos son conscientes de vivir en el mismo. Es cierto, no se trata de una dictadura, ni tampoco son tiempos de violencia física en la piel de toro. Aunque hay otro tipo de imposiciones, así como intimidaciones más sutiles.

En tiempos de auténtica dictadura y brutalidad, Blas de Otero escribió su poema 15 de abril: “La primavera ha venido / y se ha ido”. Yo me pregunto hoy, 54 de abril, si estamos en invierno o si, sufridos del cambio climático, confundimos ya las estaciones y los días.

Un 50 de abril cualquiera vio a todos los partidos políticos defender quién había robado menos. Presuntamente, por supuesto, aunque esta palabreja atente contra el buen estilo. Porque da igual la estación del año en la que nos encontremos: el estilo se refina para el latrocinio y el embaucamiento del inerme. Poco más. Quizá, para mañana.

Hemos vivido una crisis económica, un 15M, cambios de gobierno, actos terroristas, sentencias varias, desastres naturales, austericidas, demagogos, “golpes al Estado” –palabrita de lengua viperina–, pandemias y, ahora, una guerra desde lejos... Y hoy, 54 de abril, seguimos necesitando atentar contra el buen estilo, con miedo al mañana.

El sucesor del sucesor del dictador continúa viviendo del Estado, como en aquel 15 de abril. Aunque con la indumentaria propia de esta estación, claro está. Los supuestos defensores de la igualdad se inventan nuevos falsos debates con los que recalcar sus diferencias, mientras que los buenos gestores se proponen, como solución al desgobierno del país, venderlo al mejor postor.

Hay que decir que el Régimen ha heredado del Franquismo ideas extrañas. La república, de izquierdas e indepes. La defensa de su Estado, de derechas. Los supremacistas vascos y catalanes, progresistas de pro. Si el sanchismo son juegos de artificio, ¿será el feijóoismo un incendio controlado? Ya se verá mañana.

Contradicciones insalvables: contra las ideas, partidos de Estado; los puros, partidarios de la depuración; el fraude, pecado del semejante; la presunción, patrimonio de todos. Eso sí, al final, los ricos más ricos y los pobres más pobres. Vuelva usted mañana.

Es 54 de abril y, sin proyectos ni futuro, veo que la primavera queda lejos, bien lejos... Y, así, mis miedos se reducen a que mañana, en la tierra de la piel de toro, sea 53 de abril.

Haereticus dixit.

RAFAEL SOTO
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