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Manu Sánchez o cómo provocar una sonrisa constante durante su pregón de la Cabalgata de los Reyes Magos

“Aquí venimos, a escuchar al maestro”, se oía en el interior del Teatro Municipal de Dos Hermanas instantes antes de que se iniciara el acto de Proclamación de los Personajes de la Cabalgata de Reyes Magos de 2023 y del pregón que iba a pronunciar el humorista nazareno Manu Sánchez. Y el maestro no defraudó a nadie. Más bien al contrario, consiguió que cuantos llenaron este espacio siguieran sus palabras con una sonrisa permanente en los labios y le despidieran con una prolongada ovación.


El Teatro Municipal Juan Rodríguez Romero se vistió un año más de gala para una ceremonia oficial que siempre ha despertado bastante expectación. Pero es que este año quien iba a pregonar la Cabalgata del próximo 5 de enero era un hijo de Dos Hermanas que todos saben que cuenta con un ingenio y con un humor fuera de lo común, y eso era algo que no pasaba desapercibido. Había expectación, mucha, y bien que nadie, por supuesto el pregonero pero tampoco el presentador de éste, su amigo Rafael López Muñoz, ‘El Ratón’, defraudó; más bien al contrario. Como muestra, el larguísimo aplauso que el público en pie le tributó a un emocionado Manu Sánchez nada más concluir con su pregón.

Con presencia del alcalde, Francisco Rodríguez, sobre el escenario del Teatro, de la delegada de Cultura y Fiestas Mayores, Rosario Sánchez; de Francisco Anguita en representación de la Asociación Pro Cabalgata Estrella de la Ilusión, y, por supuesto, del pregonero, Manu Sánchez, de su presentador, Rafael López, y de quienes encarnarán a los personajes de la Cabalgata el próximo 5 de enero: Rocío Zamora Sánchez como Estrella de la Ilusión; Mariano Díaz Noguero como Cartero Real; Francisco Oliva Blázquez como Rey Melchor; Gabriel Pérez Alcalá como Rey Gaspar, y Manuel Lombo como Rey Baltasar. Y abriendo y cerrando este acto oficial, el Coro del Colegio Nuestra Señora de La Compasión.

Algo menos de 46 minutos permaneció Manu Sánchez ante el atril. Pero ya nada más empezar dejó su sello: “Y ya para terminar…”, lo que provocó la primeras carcajadas y aplausos de un público que ya dejaba señales de su entrega. “Todo lo que puedo hacer yo ahora es estropearlo”, añadió el pregonero. Pero no lo estropeó. Más bien al contrario, porque ofreció un pregón comprometido, tremendamente nazareno, al mismo tiempo que también muy íntimo.


Comenzó con juegos de magia y de truco. “La distancia entre el truco y la magia es que, una vez descubierto el truco, ya nada vale nada”, sentencia a la que con sus argumentos le dio la vuelta para concluir que es así, salvo que “cuando se tiene la dicha de dar a la magia descubrimiento, ya nadie podrá dejar de quererlo”. Continuó con una serie de bienaventuranzas: “Bienaventurados la Estrella, el Cartero y los tres Reyes Magos, pero también el del mono azul, el obrero, los niños y niñas, los padres y las abuelas, la inocencia intacta, y Dos Hermanas, de impecable cabalgata”, palabras que fueron correspondidas con otro fuerte aplauso.

Nombró uno a uno a toda su familia, y hasta amigos y conocidos como el fotógrafo Raúl Díaz, “como representante de la inalcanzable capacidad de trabajo de los vecinos de Dos Hermanas”, saludó a los personajes que encarnarán a los Reyes Magos, y, tirando de su humor, “hasta a los fabricantes de regalitos que se tiran porque la gente ya no coge caramelos del suelo, salvo si éstos son buenos, que entonces sí los cogen”, y a quien inventó “eso de ponerse dos bolsas de plástico en los zapatos a modo de salvasuelas”.

Pero risas de nuevo aparte, Manu Sánchez provocó un encendido aplauso cuando de todos estos saludos excluyó “a los que dudan a día de hoy del alcance, del poder todopoderoso de Melchor, Gaspar y Baltasar”.

“Permítanme que las primeras líneas del pregón que abre este humilde payaso, muy feliz de serlo”, dijo, “sea para a quien hoy presentó al pregonero…, mi amigo, hermano, el padrino de mi hijo, el padre de mi ahijada, mi socio, mi cicerone y mi compañero. Probablemente, el que mejor me conoce”, dijo en referencia a Rafael López, ‘El Ratón’.

Debatió sobre si los Reyes Magos deberían ser sólo tres o más, y aseguró que nunca pidió cada 5 de enero “nada para mí”. Salvo hoy, cuando “desde esta tribuna os pido empatía, comprensión, amor y entendimiento”, salpicando sus palabras de constantes referencias a Dos Hermanas y a sus primeras vivencias en su vivienda de los pisos del Chocolate, y recordando la gira que realizaba con sus padres por casas de sus abuelas y tías para ir recogiendo los regalos que allí también le dejaban, acordándose especialmente de aquel Pentium 75 con CD Rom y un ratón de bolita. “Un ordenador”, dijo “Un universo. Una pasada”.

Fue en esa época cuando confesó que, con apenas 9 años de edad, se dio cuenta de que le que acababa de suceder algo absolutamente maravillosa: “Acaba de convertirme en un niño para siempre, porque acababa de descubrir la auténtica y verdadera magia de los Reyes Magos”, y porque entendió que todo lo que recibía “no era otra cosa que fruto del amor y del trabajo, del esfuerzo y del sacrificio”.


“No tendré nunca carta suficiente para agradecer el acto de amor más hermoso jamás soñado”, añadió, porque “sois”, dijo refiriéndose a su familia mientras se vio obligado a para unos segundos por la emoción, “lo contrario a un gran secreto escondido: sois la gran ilusión”. “¿Quién quiere premio de Reyes, teniendo premios de la familia y de amigos?”, se preguntó, para sentenciar que tenía claro “que mi gente son los Reyes”.

Emitió una serie de creencias, aseguró que entre Belén y Dos Hermanas, se quedaba con esta última, e insistió en que por encima de los trucos, “estará siempre el mensaje: “Creo en la bondad absoluta y verdadera, la de mi abuela Leonor y el primo Francisquito, en ese niño que nació pobre, y aunque hay quien se deslumbra con los trucos, lo verdaderamente revolucionario es perdonar setenta veces siempre, poner la otra mejilla y querer al prójimo como a mí mismo. Porque la diferencia entre el truco y el mensaje, es que una vez descubierto el truco, ya nada vale nada. Sin embargo, cuando se tiene la dicha de dar el mensaje del descubrimiento, todo vale todo. Porque ya nunca habrá una verdad más grande, y esa es la verdadera magia: la de Melchor, Gaspar y Baltasar. Y l del Niño que está en la cuna”.

Con estas palabras concluyó Manu Sánchez su pregón, que dio paso a un público que se puso rápidamente en pie y que le tributó un aplauso de los que se recordarán, de tan largo y cálido, y que obligó, como a los buenos artistas, a salir de nuevo al centro del escenario para a dar las gracias.

Presentación del pregonero


Como preámbulo a este inolvidable pregón, su presentador, Rafael López Muñoz, conocido por los suyos en Dos Hermanas como ‘El Ratón’, recordó el momento en el que éste le anunció que le habían propuesto para ser pregonero de la Cabalgata de Dos Hermanas, un pueblo que resumió “en cualquier persona nacida o residente desde hace treinta años en la zona comprendida entre El Palmarillo y el Mesón La Gamba, porque el resto es Ciudad de Dos Hermanas”.

Rafael López confesó que presentar al pregonero le suponía una doble dificultad: “Por un lado, poder estar a la altura de tanta amistad y, por otro, resumir en unas breves líneas tanta categoría”. Y se refirió a él “como Manuel Sánchez, hijo de Manuel Sánchez, nieto de Manuel Sánchez y biznieto de Manuel Sánchez, además de afortunado padre de Manuel Sánchez Sánchez”, y que estaba siendo presentado “por Rafael López ‘El Ratón’, hijo de Rafael López ‘El Ratón’ y nieto de Rafael López ‘El Ratón’.

El presentador dijo de Manu que era “un tipo brillante, con una inteligencia apabullante”, lo que les hace estar todos en guardia constantemente, “perfeccionista hasta el extremo, y una persona llena de locuras”, y que, aunque se les viera muy unidos, “Manuel y yo no estamos en acuerdo casi nunca, y raro es el día que no discutimos”.

Eso sí, siempre se refirió a él como su mejor amigo y reveló a todos que Manuel tiene dos días marcados en el calendario: “El tercer domingo de octubre y el 5 de enero”, una fecha esta última que dijo que siempre habían vivido de una forma muy especial, incluido aquel Reyes del año 2011 cuando perdió a su hermana, Blanca Paloma, día que pasaron juntos porque fue él el que lo llevó a verla por última vez al hospital. “Estuvo donde tenía que estar, junto a su amigo. El que siempre será el mejor de mis amigos”, concluyó.

FRANCISCO GIL / ANDALUCÍA DIGITAL
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