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La Oración extendió su aniversario por Dos Hermanas

No fue un Miércoles Santo más. Ni mucho menos. Fue un Miércoles Santo grande, del que corresponde a un aniversario muy especial. Porque se cumplía, como si nada, el 75 Aniversario de la bendición de la imagen de Nuestro Señor Jesucristo de la Sagrada Oración en el Huerto, ese que ayer volvió a extender su ejemplo por las calles del centro de Dos Hermanas.


Y con la mente puesta en este aniversario, la Hermandad de la calle Aníbal González se dispuso a completar con sus titulares, Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores, una secuencia de imágenes, de sentimientos y de recuerdos que no por repetidos nunca dejan de sorprender. Porque siempre hay algo nuevo. Especialmente durante la salida de esta procesión, porque allí siempre se produce esa mezcla perfecta entre lo sobrio y lo excesivo, entre el ayer y el hoy, entre el bullicio y la tranquilidad, resultando al final un encuentro de sueños posibles e imposibles.

Poco después de las siete de la tarde, tras el ruido de las horas que marcan el reloj de la casa hermandad, se abrió la puerta principal para dejar ver a los primeros nazarenos, guiados por su cruz. Y es entonces cuando comienzan a vivirse momentos entrañables, con los niños y niñas con sus túnicas y capirotes o vestidos de monaguillos que dibujan una estampa siempre muy simpática.

La verdad es que la rápida salida de los nazarenos desde el pequeño espacio de la casa hermandad hace muy liviana la espera para vivir el momento de la salida del paso de misterio, tan característico por el olivo que arropa al Señor y a los apóstoles Pedro, Juan y Santiago que le acompañan, y, también, por el hecho de que la estrechez de la calle siempre hace que ese momento se viva en silencio para no entorpecer la voz de mando del capataz. Como ocurre igual cuando es el palio el que debe salir, con esos costeros echados prácticamente a tierra para salvar el dintel de la puerta.

El interior de la casa hermandad de la Oración vivió ayer también un momento especial, ya que desde este privilegiado espacio contemplaron la salida de toda la cofradía un grupo de usuarios de ASPACE, la asociación que trabaja por la mejora de la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral, que guardan una vinculación muy especial con esta Corporación después de que, gracias a su aportación y apoyo, fue una de las instituciones que hizo posible el pasado año que algunos de estos usuarios pudieran completar el Camino de Santiago acompañado de un buen número de voluntarios. De ahí salió un documental, realizado por Saúl Pérez Ruano, que se tituló ‘Todos los ángeles vuelan’. Por ese motivo, además, la presidenta de esta Asociación, Carmen Cuevas, tuvo el privilegio de realizar la primera levantá del palio de la Virgen de los Dolores.

Lo cierto es que a partir de entonces, ya en la calle, se inició el momento del disfrute, que aguarda siempre esos lugares claves, como la Plazoleta, Los Jardines o sus presentaciones ante las casa hermandad que se encuentra en su transcurrir para lucirse, para dejar claro que sus siglos de existencia han servido para algo; aunque de forma especial para seguir congregando a generaciones de nazarenos y nazarenas que han hecho su vida junto a esta cofradía del Miércoles Santo de Dos Hermanas.

Secuencia gráfica de la salida




















REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
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