La XXVII Cata de Moriles alcanza hoy su ecuador con un intenso programa de actividades que vuelve a llenar de vida y aroma a vino cada rincón del municipio. La cita, que se celebra hasta mañana bajo el lema Moriles innova, mantiene intacto su propósito de unir conocimiento y tradición en torno a la cultura vitivinícola que da sentido a toda la comarca.
Y es que, tras casi tres décadas de trayectoria, la Cata–Expo Wine Moriles se ha consolidado como una de las grandes citas enológicas del calendario andaluz. No solo por el número de visitantes o la calidad de sus bodegas y lagares participantes, sino por su capacidad para mantener vivo un legado que forma parte del alma de este municipio de la Campiña Sur Cordobesa.
El Pabellón de la Cata volverá a abrir sus puertas hoy para acoger degustaciones, presentaciones y encuentros con las bodegas participantes. Pero la experiencia no se quedará ahí. Desde las 11.30 de la mañana, los minibuses gratuitos están conduciendo a los visitantes hasta los lagares y bodegas de la localidad, donde se vivirán experiencias enoturísticas que permitirán conocer de cerca la cultura del vino, desde la viña hasta la copa.
La jornada continuará a las 13:30 de la tarde con la apertura de los expositores, en los que el público podrá disfrutar de los vinos, la gastronomía y las propuestas turísticas de Moriles. A las 17.00 de la tarde llegará uno de los momentos más esperados: el tradicional brindis multitudinario, "un gesto compartido que simboliza la amistad y la alegría de celebrar juntos los vinos de Moriles", en palabras de la alcaldesa del municipio, Francisca Carmona. La noche culminará en la Plaza de la Constitución con la actuación de The Freedom Band, que pondrá el broche de oro a una jornada festiva abierta a todos los públicos.
La organización ha vuelto a apostar por un programa que va más allá del pabellón. La Cata se extiende por los lagares, por los caminos de tierra y por las naves donde duerme el vino. Este formato, que combina la parte expositiva con las experiencias de enoturismo, permite al visitante descubrir la autenticidad de un paisaje donde el viñedo marca el pulso de la vida.
En la edición de este año participan siete bodegas de referencia: Bodegas Lagar de Casablanca, Bodegas Doblas, Bodegas El Monte, Bodegas Los Gabrieles, Lagar de Los Frailes, Lagar Los Raigones y Bodegas Alvear. Todas ellas representan distintas formas de entender la elaboración del vino dentro de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, pero comparten un mismo hilo conductor: el respeto por la tierra y la pasión por el oficio.
Entre todas ellas, destacan dos nombres con peso propio. Bodegas Alvear, fundada en 1729, no necesita presentación. Es la bodega más antigua de Andalucía y la segunda más antigua de España, un ejemplo de continuidad familiar y de saber hacer transmitido durante casi tres siglos. Sus vinos dulces Pedro Ximénez de soleras centenarias condensan la historia, el clima y la paciencia de una tierra que ha aprendido a esperar.
De igual modo, Lagar Los Raigones aporta a la cita una visión profundamente ligada al medio ambiente. Situada en la Sierra de Montilla, esta firma familiar —dirigida por Santiago Jiménez Luque-Romero, junto a sus hermanas Ángela y Charo— combina la producción de vinos y aceites con una filosofía de sostenibilidad activa. “Cuidar el entorno es cuidar también la calidad de nuestros vinos”, subraya Santiago Jiménez, en cuyas fincas conviven los cultivos tradicionales de la zona con especies como el alzacola rojizo, símbolo de un ecosistema vivo.
La oferta gastronómica vuelve a ser otro de los pilares de la Cata. Empresas locales como Cárnicas de Moriles, Mundo Burger, Doña Cayetana, Dehesa Ibéricos, Pastelería Solano o La Lonja del Marisco suman sabor a una cita en la que el paladar encuentra mil matices. Para las familias, además, el evento ofrece una ludoteca para que los más pequeños también disfruten del ambiente.
Mañana domingo se pondrá el broche final a la Cata–Expo Wine Moriles con el Domingo de los cordobeses, una jornada que contará con transporte gratuito desde la capital, actividades en bodegas, la apertura de expositores y, a las 17.00 de la tarde, la clausura oficial de la vigésimo séptima edición.
De este modo, la XXVII Cata de Moriles continúa siendo mucho más que una feria del vino: es un punto de encuentro entre generaciones, un espejo donde se refleja la identidad de un pueblo que ha sabido convertir su historia en futuro y, su vino, en lenguaje común.
Y es que, tras casi tres décadas de trayectoria, la Cata–Expo Wine Moriles se ha consolidado como una de las grandes citas enológicas del calendario andaluz. No solo por el número de visitantes o la calidad de sus bodegas y lagares participantes, sino por su capacidad para mantener vivo un legado que forma parte del alma de este municipio de la Campiña Sur Cordobesa.
El Pabellón de la Cata volverá a abrir sus puertas hoy para acoger degustaciones, presentaciones y encuentros con las bodegas participantes. Pero la experiencia no se quedará ahí. Desde las 11.30 de la mañana, los minibuses gratuitos están conduciendo a los visitantes hasta los lagares y bodegas de la localidad, donde se vivirán experiencias enoturísticas que permitirán conocer de cerca la cultura del vino, desde la viña hasta la copa.
La jornada continuará a las 13:30 de la tarde con la apertura de los expositores, en los que el público podrá disfrutar de los vinos, la gastronomía y las propuestas turísticas de Moriles. A las 17.00 de la tarde llegará uno de los momentos más esperados: el tradicional brindis multitudinario, "un gesto compartido que simboliza la amistad y la alegría de celebrar juntos los vinos de Moriles", en palabras de la alcaldesa del municipio, Francisca Carmona. La noche culminará en la Plaza de la Constitución con la actuación de The Freedom Band, que pondrá el broche de oro a una jornada festiva abierta a todos los públicos.
La organización ha vuelto a apostar por un programa que va más allá del pabellón. La Cata se extiende por los lagares, por los caminos de tierra y por las naves donde duerme el vino. Este formato, que combina la parte expositiva con las experiencias de enoturismo, permite al visitante descubrir la autenticidad de un paisaje donde el viñedo marca el pulso de la vida.
En la edición de este año participan siete bodegas de referencia: Bodegas Lagar de Casablanca, Bodegas Doblas, Bodegas El Monte, Bodegas Los Gabrieles, Lagar de Los Frailes, Lagar Los Raigones y Bodegas Alvear. Todas ellas representan distintas formas de entender la elaboración del vino dentro de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, pero comparten un mismo hilo conductor: el respeto por la tierra y la pasión por el oficio.
Entre todas ellas, destacan dos nombres con peso propio. Bodegas Alvear, fundada en 1729, no necesita presentación. Es la bodega más antigua de Andalucía y la segunda más antigua de España, un ejemplo de continuidad familiar y de saber hacer transmitido durante casi tres siglos. Sus vinos dulces Pedro Ximénez de soleras centenarias condensan la historia, el clima y la paciencia de una tierra que ha aprendido a esperar.
De igual modo, Lagar Los Raigones aporta a la cita una visión profundamente ligada al medio ambiente. Situada en la Sierra de Montilla, esta firma familiar —dirigida por Santiago Jiménez Luque-Romero, junto a sus hermanas Ángela y Charo— combina la producción de vinos y aceites con una filosofía de sostenibilidad activa. “Cuidar el entorno es cuidar también la calidad de nuestros vinos”, subraya Santiago Jiménez, en cuyas fincas conviven los cultivos tradicionales de la zona con especies como el alzacola rojizo, símbolo de un ecosistema vivo.
La oferta gastronómica vuelve a ser otro de los pilares de la Cata. Empresas locales como Cárnicas de Moriles, Mundo Burger, Doña Cayetana, Dehesa Ibéricos, Pastelería Solano o La Lonja del Marisco suman sabor a una cita en la que el paladar encuentra mil matices. Para las familias, además, el evento ofrece una ludoteca para que los más pequeños también disfruten del ambiente.
Mañana domingo se pondrá el broche final a la Cata–Expo Wine Moriles con el Domingo de los cordobeses, una jornada que contará con transporte gratuito desde la capital, actividades en bodegas, la apertura de expositores y, a las 17.00 de la tarde, la clausura oficial de la vigésimo séptima edición.
De este modo, la XXVII Cata de Moriles continúa siendo mucho más que una feria del vino: es un punto de encuentro entre generaciones, un espejo donde se refleja la identidad de un pueblo que ha sabido convertir su historia en futuro y, su vino, en lenguaje común.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR


































